El Espacio Urbano ES DE TODOS
Por: Paloma M. González Sánchez
¿De qué manera la planificación urbana determina hasta donde llegan nuestros pasos y la manera en que nos movemos en el entorno?, ¿Quiénes habitan nuestras ciudades? Como parte del proyecto Estudios Urbanos, plan de desarrollo de un espacio académico para estudiar lo urbano en la Facultad de Estudios Generales, se organizó un conversatorio titulado, El Espacio Urbano ES DE TODOS.
La actividad, que fue coordinada por la catedrática Carmen Pérez Herranz,, se llevó acabo en el Anfiteatro 3 del edificio Domingo Marrero Navarro, del Recinto de Río Piedras de la UPR.
El Foro dio comienzo con una pequeña reflexión de parte de Pérez Herranz sobre la importancia que tienen los entornos urbanos como espacios de posibilidad y una nueva forma de mirar y comprender la convivencia humana.
Uno de los invitados, el Doctor y Licenciado en Filosofía, Carlos Gil Ayala, comenzó la discusión expresando: “Imagínese que usted tiene unos zapatos de 25 libras en cada uno de sus pies y vive en una casa de 4 pies de altura, esto es lo que más se parece a como vive diariamente una persona de más de 65 años de edad en un ambiente altamente restrictivo (haciendo referencia a los espacios urbanos en Puerto Rico)”.
Gil Ayala se enfocó en la planificación no adecuada de los espacios urbanos de la Isla y de cómo afecta la calidad de vida de las personas de edad avanzada. De los 63 derechos que ofrece la Ley 121, La Carta de Derechos de la Persona de Edad Avanzada, el licenciado destacó tres: El derecho a la integridad física, el derecho a la felicidad y el derecho a la libertad de movimiento. Para Gil Ayala, ésta última es fundamental para nuestro entorno urbano, donde se ha imposibilitado el transitar por las aceras. Según el también profesor del Departamento de Humanidades, un buen ejemplo sería la urbanización Floral Park en Hato Rey, donde asegura que es difícil el transito peatonal.
“No es un problema de criminalidad lo que mantiene a las personas de edades avanzadas dentro de las casas, es un problema de que no hay aceras”. Recalcó.
Para Gil Ayala, es importante que tanto las personas de edad avanzada como los jóvenes estén al tanto de las maneras en que pueden reclamar sus derechos y ser parte del cambio en los procesos de transformación urbana.
A la actividad también asistió, Doris G. Quiñones Hernández, psicóloga social-comunitaria, quien le dio énfasis a la manera y las razones por las que las personas sin hogar ocupan estos lugares públicos. “Tenemos un problema de falta de viviendas” indicó.
Al mismo tiempo señaló los distintos lugares a los que recurren estos cuerpos que transitan sin refugio por las calles y quienes crean sus propias condiciones para la supervivencia. Espacios conocidos como yacimientos, ocupaciones, pueblos indios e inclusive puentes.
Quiñonez Hernández destacó en entrevista que el Recinto de Río Piedras trabaja proyectos desde el Departamento de Psicología en coordinación con el Centro de Acción Urbana, Comunitaria y Empresarial (CAUCE), la Escuela de Arquitectura y el proyecto Plaza Corazón, proveyendo alternativas de viviendas y bienestar social a esta población.
La actividad cerró con una exhortación al público para que se una a los reclamos de diversos grupos que denuncian las dificultades que viven día a día las personas de edad avanzada y los deambulantes. De igual forma, destacó la importancia de que se promuevan leyes que resuelvan las problemáticas que vivimos a diario, causados por el desparrame urbano.