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El Recinto enfoca su Contraplano

Gabriela Saker Jiménez

Cuando Alfredo Rivas era estudiante del Recinto de Río Piedras a finales de la década de 1980, frecuentaba una sala de cine improvisada. Detrás de las puertas del Anfiteatro 1 de la Facultad de Educación, habitaba una vez a la semana el surrealismo de Buñuel, la coquetería de Truffaut o la sorpresa de algún experimento cinematográfico. “Se notaba una planificación detrás de las presentaciones”, recuerda Rivas, ahora profesor universitario y encargado de rescatar esa tradición perdida.

Contraplano es la iniciativa que devuelve los ciclos de cine al confín universitario. Cada jueves a las 7 de la noche, el Anfiteatro de la Escuela de Arquitectura se transformará en una sala de cine y proyectará filmes cuidadosamente escogidos por el profesor y cineasta Alfredo Rivas. El ciclo inicia hoy jueves, 5 de febrero, y se extenderá durante todo el semestre.

“Tenemos la responsabilidad de pensar la Universidad mucho más allá del salón de clases. Es trascender la noción reduccionista de la Institución, es pensarla no desde su estructura sino desde los sujetos que la componen…. Hay una responsabilidad de difusión cultural, de producir cultura, no como sesiones de entretenimiento casual sino con el rigor que existe en todas las esferas de la producción cultural”, alentó Rivas.

El ciclo de cine no solo se encamina a complementar las clases con una oferta cinematográfica que permita rescatar la vida cultural del Recinto. Parte de la propuesta del rector del Recinto de Río Piedras, Carlos Severino Valdez, es que el mundo del cine también atrape a la comunidad adyacente de Río Piedras, para que la Universidad cobre vida más allá de los portones. Las proyecciones serán libre de costo y estarán abiertas a todo el público del país.

FresasYChocolate
Fresas y Chocolate

Para hilvanar los filmes, y dotarlos de un norte conceptual, el ciclo se ha estructurado como Cine en serie. Cada serie podrá estar definida por un tópico, un género, o cualquier otra cualidad distintiva que agrupe un conjunto de muestras audiovisuales. En este primer asomo, la serie estará dedicada al cine cubano. El ciclo iniciará con Las aventuras de Juan Quin Quin (García Espinosa, 1967), una mezcla de comedia provinciana con destellos de western que persigue una “poética de pueblo”.

“Elegí la serie de cine cubano debido a la coyuntura histórica en la que nos encontramos, en donde Cuba resulta ser una vez más un tema de conversación, de reflexión no solo política sino social también”, explicó Rivas. El intento por normalizar las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba sirve como telón de fondo para analizar la trayectoria cinematográfica de la hermana isla del Caribe durante las últimas décadas.

Contraplano integrará también una sub-serie, llamada En foco, que estará dedicada a un director. En este primer ciclo, Tomás (Titón) Gutiérrez Alea será el homenajeado. Referente esencial del cine cubano, Gutiérrez Alea es uno de los directores más consistentes en su tratamiento, y en el manejo de las nociones estéticas y narrativas del séptimo arte.

“(Gutiérrez Alea) se apropia de técnicas del cine contestatario… pero como herramienta para proyectar su propia idiosincrasia como autor, y como sujeto dentro de unas circunstancias político-sociales. Muestra un alto nivel de compromiso con el aspecto artesanal del cine, con la factura… Es un cine sujeto a crítica, un cine que rechaza la indiferencia de la audiencia, un cine que polariza”, observa Rivas, quien dedicó su primer largometraje al director cubano.

La subserie En foco dedicada a Tomás Gutiérrez Alea, comenzará el 19 de febrero con Fresa y Chocolate (1993), un reconocido filme sobre dos hombres entre los que germina una sólida relación humana más allá del prejuicio y la intolerancia. Se irán intercalando las muestras de su trayectoria cinematográfica a lo largo del semestre.

Con la serie de cine cubano, el nuevo cine latinoamericano también se inserta en el firmamento cultural del Recinto. Esta corriente que surgió en la década de 1960, catapulta el cine hacia un pensamiento político y social, en el que la estética está anclada al contenido. Se busca un cine imperfecto, critico y socialmente activo, en el que se retrate la realidad humana de una América Latina en busca de su propia identidad.

Quizás por eso, Rivas prevé que en algún momento surja la idea de incorporar el formato de cine foro, o que se geste la creación de un cine club, en que el material audiovisual sea objeto de discusión. No obstante, a través de Contraplano, el debate cinematográfico puede surgir espontáneamente una vez concluido el filme, así lo estime pertinente al menos una mirada o una voz curiosa en el público.

Completan la cartelera de febrero la comedia animada Vampiros en La Habana (Juan Padrón, 1985), pautada para el 12 de febrero, y La bella del Alhambra (Enrique Pineda, 1989), enmarcada en la vida artística de La Habana en la década de 1920, la cual se presentará el 26 de febrero.

Para mantenerse actualizado con la cartelera mensual e informarse acerca de los diversos filmes a presentarse, puede acceder la página en Facebook de Contraplano:

https://www.facebook.com/contraplanouprrp?fref=nf

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