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Desde Alemania, un vistazo a la “segunda esclavitud” en las Antillas

Por: Rebeca J. Agosto Rosa

Dr. Michael Zeuske
Dr. Michael Zeuske

Desde Alemania, el Dr. Michael Zeuske, profesor de la Universidad de Colonia, llegó a Puerto Rico para contar una historia poco conocida sobre la esclavitud en las Antillas, las élites criollas y la independencia de Latinoamérica, siguiendo las huellas del geógrafo del siglo 19, Alejandro Humboldt.

“Entre una ‘segunda esclavitud’, revolución y contrarrevolución: Alejandro Humboldt, el “saber móvil” y las Antillas”, conferencia magistral del Instituto de Estudios del Caribe de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPR-RP), trazó los pasos de este “historiador del espacio”, como lo llamó Zeuske, que viajó extensamente por América y Europa describiendo tanto el paisaje físico de los territorios como el político y social.

Para el geógrafo alemán, el esplendor de una civilización estaba íntimamente relacionado con las características de la región, y por eso aspiraba a explicar el mundo en su totalidad, observó el comentarista de la conferencia, el Dr. Carlos Severino Valdez, también geógrafo y rector del Recinto.

Los diarios de viaje de Humboldt, que aún no se han traducido al inglés o castellano, ofrecen un testimonio detallado y crítico de la realidad esclavista que presenció en Venezuela, el territorio que hoy se conoce como Colombia y Cuba entre 1799-1800 y en 1804.

A través del estudio de estos textos y otras obras del autor, el profesor Zeuske ha estudiado la “segunda esclavitud” en las Antillas (término acuñado por Dale Tomich), que se refiere a la trata de esclavos que continuó en el Caribe después de la abolición.

Desde el 1800, con el surgimiento del movimiento abolicionista, el espacio de la esclavitud aumentó de forma clandestina, mientras que el trabajo en el campo se industrializó con avances tecnológicos como el vapor y los ferrocarriles.

Las Antillas se convirtieron en “sociedades modernas basadas en la esclavitud”, explicó Zeuske con gran dominio de nuestra lengua. Cuba, por ejemplo, tuvo trenes treinta años antes que Alemania, indicó.

Como resultado de sus viajes por el Caribe, donde estuvo en contacto directo con amos y negreros, más adelante Humboldt sería crítico de la independencia de América Latina porque las élites criollas que la impulsaban participaban de la trata de esclavos y proponían “repúblicas blancas”, explicó el historiador.

La familia de Simón Bolívar, por ejemplo, era esclavista, al igual que la de Fernando Peñalver, otro prócer de la independencia venezolana a quien Humboldt conoció en su hacienda. Durante sus expediciones, el viajero solía ser recibido por los hacendados en las plantaciones, y mediante esa interacción fue testigo de la transición hacia la segunda esclavitud.

En sus diarios, el geógrafo “se queja siempre de dos cosas: ‘estos señores quieren una república blanca como en el norte de América, quieren mantener la esclavitud y quieren reforzar la presión sobre los mulatos y negros libres para llevarlos otra vez a un estado casi de esclavitud’”, relató Zeuske.

Esa era una de las metas originales de la élite cuando comenzó la independencia, aunque luego cambió, aclaró el profesor que tiene un libro sobre la historia y mitos de Simón Bolívar.

El Dr. Zeuske también resaltó que el alemán fue uno de los primeros y pocos europeos abiertamente antirracistas, yendo en contra de las tendencias de su época. Por ejemplo, se opuso a su mentor, Johann Blumenbach, antropólogo que utilizaba medidas de los cráneos para justificar la superioridad de unas razas sobre otras (técnica que luego sería deslegitimada).

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