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Exconvicto universitario defiende el derecho al voto de los confinados

Para la comunidad penal sí es importante mantener el derecho al voto porque es ese granito (lo) que podemos aportar para ayudar a nuestros seres queridos. Eso es por lo único que votamos”, manifestó Aníbal Santana, un estudiante de Trabajo Social del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico que estuvo 14 años tras las rejas.

El alumno de la Facultad de Ciencias Sociales del primer centro docente del País, explicó que si el confinado sabe que hay un gobernante que se está postulando y que tiene mejores ideas que el que está actualmente y viene a ayudar sus familiares, votan por ese candidato.

”Las personas que están argumentando para quitarle el voto a los confinados siguen siendo las mismas personas que viven del poder, las mismas personas que se hacen ricos y están en contra de los que se hacen pobres”, denunció.

Anibal Santana
Aníbal Santana

“El problema es que como los confinados no tienen voz, pues los políticos dicen lo que quieren y la sociedad escucha lo que los políticos quieren decir”, indicó el también autor del libro Reflexiones tras las rejas, que incluye una serie de introspecciones personales.

El Senado Académico del Recinto de Río Piedras emitió el pasado 19 de marzo la Certificación número 99 para reiterar su oposición a cualquier medida que atente contra la concesión del derecho al voto a los confinados. En el documento firmado por el rector Carlos Severino, se expone que el Senado Académico se expresará ”en contra de cualquier gestión que atente en contra del derecho al voto de la comunidad penal en Puerto Rico” porque ”la comunidad penal en Puerto Rico recibe servicios del gobierno y no está excluida del efecto de la toma de decisiones que se lleva a cabo en el sector público”.

La pieza legislativa a la cual hace referencia el Senado Académico es el Proyecto de la Cámara de Representantes 1296, presentado el 17 de julio del 2013 por los legisladores Carlos J. Vargas Ferrer y Ángel Bulerín Ramos y aprobado por ese cuerpo legislativo el 1º de marzo del presente año. El mismo pretende enmendar la Ley Electoral para eliminar el derecho al sufragio a toda persona convicta por algún delito grave dentro de la jurisdicción de Puerto Rico, hasta tanto cumpla con la pena impuesta por el tribunal.

En su defensa del proyecto, Vargas Ferrer, expresó que “los confinados deben mantenerse al límite de los proceso políticos del país. Esto evitaría que los políticos de turno los utilicen ofreciéndoles promesas que como sabemos probablemente nos les van a cumplir. Esta dinámica que todos sabemos se hace en nuestro país, tiene que terminar”, según publicó Primera Hora el 17 de marzo del 2013.

Uno de los argumentos principales para establecer la medida es que la concesión del voto a los confinados es inconstitucional, pues no cumple a cabalidad con la Constitución del Estado Libre Asociado, que en la Sección 12 del Artículo II establece que “la suspensión de los derechos civiles, incluyendo el derecho al sufragio, cesará al cumplirse la pena impuesta”.

La primera vez que se estableció el voto para los reos fue en el 1980 bajo la gobernación de Carlos Romero Barceló. Ese año se redactó la Ley Número 3 del 8 de septiembre, que enmendaría la Ley Número 4 del 20 de diciembre de 1977conocida como “Ley Electoral de Puerto Rico”, para incluir el voto de los confinados. Puerto Rico es el único territorio de Estados Unidos que cede el derecho al sufragio a los confinados.

El nuevo proyecto, se encuentra ahora en el Senado, donde ha sido referido a la Comisión de Gobierno, Eficiencia Gubernamental e Innovación Económica, que preside el legislador Ángel Rosa. De aprobarse, pasaría a entrar en vigor inmediatamente, luego de ser firmado finalmente por el gobernador.

Nuevas oportunidades

Por otro lado, Santana abogó porque a los confinados se les instruya para que reciban una educación que actúe como una especie de puente hacia la rehabilitación. El, no dudó en abrazar ese camino que le permitió publicar su primer libro.

La confección de esta publicación fue fundamental en su proceso de rehabilitación. Comenzó a redactar el libro estando en la cárcel, cuando la licenciada Edna Benítez, junto a otros profesores, tomaron la iniciativa de ofrecer cursos universitarios en las penitenciarías.

«En las cárceles de Puerto Rico a los confinados se les bonifica a siete días por barrer, mapear, botar basura o limpiar una celda, pero no es algo que te educa. A mí me parece que una herramienta eficiente sería bonificar a los confinados por leer y escribir”, declaró Santana.

Indicó, por ejemplo, que esto podría establecerse a través de un comité especial que asigne bonificaciones a los confinados por cada libro que lea. No obstante, aclaró que no debería ser cualquier libro sino uno asignado por ese comité: “libros de cultura puertorriqueña; libros que sean aptos para educar a una persona”, detalló.

Además, sugirió que una vez hayan terminado de leer el libro, deberían darle exámenes de corroboración de lectura para acreditar la bonificación. “Si Corrección se enfocara en eso podría hacer la diferencia”, opinó.

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