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Reminiscencias del Barrio y sus músicos

Por: Margaret M. Ochoa Espinosa

La música en Barrio Obrero siempre ha tenido un protagonismo especial para todos sus residentes, concordaron los participantes del segundo conversatorio: El Barrio y sus músicos de La Jornada del Centenario de los Barrios Obreros, llevada a cabo en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR-RP). El evento fue  auspiciado por el Instituto de Estudios del Caribe y el Centro de Investigaciones Sociales.

Para el periodista Felipe Gómez, nacido en la República Dominicana y criado en Barrio Obrero, “la relación con la música era natural. Uno caminaba por Barrio Obrero un sábado por la tarde y tenías dos congas, un cencerro, y una rumba. Así como había un aprendizaje “de calle” cuando ponías al más chiquito a tocar”. Gómez señaló también que en una entrevista al cantante de salsa, Gilberto Santa Rosa, éste le comentaba que para los años 70 por el Barrio lo que se escuchaban eran velloneras por todos lados. Para el periodista también era normal ver en una esquina al salsero Pellín Rodríguez. Gómez recordó de igual forma que cuando repartía periódicos era usual toparse con Felipe Rodríguez y otros músicos.

foto de panelistas

Por su parte, el cantante Víctor Muñiz, quien vivió 50 años en Barrio Obrero, contó sobre su formación como músico y recordó que a la edad de 12 años hacía “coritos” en eventos en el negocio El Pocito Dulce, y fue la plena, la guaracha, y el bolero los ritmos que lo fueron forjando en el ambiente musical. En esta línea comentó que “de las vivencias de mi barrio, recuerdo cuando el señor Tite Curet Alonso escribía un coro o unos soneos dependiendo de la ocasión, por ejemplo un cumpleaños, y a mi me tocaba cantarlo. Eso me ayudó muchísimo”. Por otra parte, Muñiz recordó que él y su tutor, Ismael Rosado, se metían en las rumbas y para tocar en ellas había que ser un músico curtido. “Si tocabas mal te miraban mal. Por ejemplo, para entrar al grupo de Los Pleneros del Quinto Olivo, del cual fui parte, debías tener “calle”, haber practicado”, explicó el cantante.

Fue tanto el apogeo musical que tanto ritmos como canciones, si gustaban en Barrio Obrero tenían posibilidad de éxito, y esto era mucho decir, señaló Felipe Gómez. Por su parte, el arreglista Cuto Soto, producto de esta localidad, es conocido internacionalmente por trabajos que hizo para Tite Curet Alonso, Jerry Rivera y  para canciones como “Mi libertad de Frankie Ruíz y “Que locura” de Eddie Santiago.

Al preguntársele a los músicos, Soto y Muñiz, cuál es el género musical que caracteriza a Barrio Obrero, los dos estuvieron de acuerdo en que el Barrio tiene una rica fusión de música, que cuenta con diversos géneros musicales como la plena, la bomba, la guaracha y el bolero, y es difícil escoger uno que lo represente. Sin embargo, Soto opinó que si se debe escoger uno el diría el Tululu, el cual es un ritmo inventado en esta localidad.

De otro modo, el conversatorio contó con la presencia del líder comunitario Víctor López, nacido y criado en Barrio Obrero, quien dirige el proyecto músico-cultural de base comunitaria TACUAFAN (Taller Cultural Afro Antillano). “En Barrio Obrero nos encargamos de promover el acervo músico cultural a través de talleres para estudiantes de escuelas públicas y privadas del Barrio y para las que no lo son también. Llevamos 36 años haciendo esto, por lo que en el 2012 el Programa «Música como Recurso Global» de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) nos dio un reconocimiento”, explicó López.

Al principio del conversatorio el líder comunitario explicó que Barrio Obrero surge en 1915 cuando la Legislatura de Puerto Rico creó la Comisión de Hogares Seguros mediante la Ley Número 35. De esta forma se quería atender el problema de salubridad de los trabajadores que vivían en hacinamiento en Puerta de Tierra. López resaltó que las casas que se construyeron en el Barrio no las regalaban, sino que los obreros  pagaban por ellas con su sueldo. De este proyecto, salió una comunidad social y culturalmente desarrollada la cual produjo importantes exponentes en diversas áreas.

Para Gómez, si se observa desde una perspectiva social, se puede concluir que fue en un principio un barrio de obreros que le inculcaron a la próxima generación un deseo de superación que se plasma en esos músicos, deportistas, académicos y demás que realizan una gran aportación de parte de Barrio Obrero a Puerto Rico.

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