
Oficina del Registrador celebra 100 años de servicio en UPR-RP
Por Norihelys Ramos Rodríguez
Fotos en blanco y negro, diplomas de graduación de la década del 20 y noticias del periódico El Mundo adornan uno de los pasillos de Plaza Universitaria en conmemoración del centenario de la oficina y el puesto del Registrador.
Esta oficina, conocida por los estudiantes como una que ofrece solicitudes de readmisión, traslado, cambio de facultad y concentración, en un inicio solo tenía como propósito mantener los récords y datos de los gallitos y jerezanas. Sin embargo, la matrícula y la oferta académica aumentaron y le fueron asignadas otras funciones, que en el presente permanecen.
Con estas nuevas tareas, de manera automática se preservó la historia de cada uno de los alumnos y profesores que, en algún momento, caminaron por la Torre. Actualmente, se conservan documentos hasta de la primera década del siglo XX, cuando inició el sistema formal de educación universitaria en Puerto Rico.
Así que el propósito del registrador, Juan Aponte Hernández, es celebrar los cien años de esta oficina compartiendo y haciendo público documentos e imágenes que demuestran la historia y vida universitaria de incontables generaciones de alumnos.
“No vale de mucho si la guardamos, hay que compartir lo que ha sido importante para el desarrollo del país”, aseguró Aponte, quien lleva 28 años ocupando el puesto y 45 en el Recinto de Río Piedras.
La primera parte de la exposición fotográfica, que fue inaugurada el pasado mes de septiembre, se encuentra en el pasillo de la Oficina del Registrador, ubicada en el segundo piso de Plaza Universitaria. La construcción de la Torre, el primer grupo de estudiantes graduados del Recinto de Río Piedras y los diversos equipos deportivos son algunas de las historias que se pueden observar en la galería. En cada una de ellas son visibles los cambios en tradiciones y costumbres, y los efectos del progreso y la modernización.
Por otro lado, como un 4 de octubre de 1915 la Junta de Síndicos fundó el puesto y la Oficina del Registrador, el comité coordinador del centenario determinó que la primera semana de octubre estará disponible, para el público en general, la segunda parte de la exposición. En esta ocasión, las fotografías estarán ubicadas en la recepción.
El periodo de las exposiciones podría durar un siglo más. Aponte dijo sonriendo: “Cien años más, nuestra intención es dejarlas”, ya que el interés fundamental es informar y educar a las personas sobre la historia del recinto riopedrense.
A esta actividad se añade que colocarán en el primer piso de la Torre y en la antigua Biblioteca General una placa que indique, que en un pasado, la Oficina del Registrador ofreció servicios en ese edificio.
De igual forma, Aponte explicó que están realizando un vídeo, en el cual muestran, con una breve descripción, todas las fotos y documentos que aparecen en las exposiciones. Próximamente lo compartirán en la página web del Registrador.
Para iniciar oficialmente la conmemoración, el próximo lunes a las 10:00 a.m. celebrarán en el cuadrángulo de la Facultad de Humanidades un Acto de Inauguración junto al rector Carlos Severino Valdez y la comunidad universitaria.
Se benefician investigadores con los archivos del Registrador
El año pasado, un profesor e investigador de la Facultad de Humanidades visitó la Oficina del Registrador con el propósito de corroborar si la poetisa y educadora chilena Gabriela Mistral había ofrecido cursos en el Recinto. Para comenzar la búsqueda, era necesario tener algún dato. Así que identificando como posible la década del 30, iniciaron una investigación con los archivos que permanecen entre tablillas y sobres. Luego de rebuscar y escarbar entre tantos documentos, descubrieron que Mistral fue profesora de literatura en el año académico 1932-1933. Más aún, entre sus alumnos se encontraba don Jaime Benítez, el reconocido rector del Primer Centro Docente en la década del 40.
De esta forma, la Oficina del Registrador se convierte en una fuente de datos para todo investigador o para cualquier persona interesada en conocer sobre su pasado e historial familiar, ya que si brinda evidencia de la investigación o presenta el certificado de nacimiento, puede recibir copia de distintos documentos.
Aponte aclaró, que es vital mantener un control en la confidencialidad y protección de la información. Por lo tanto, no todos los archivos pueden ser compartidos.
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