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Joserro y Mariana Emmanuelli: complicidad traspasada a la pantalla grande

Por Coral N. Negrón Almodóvar / @coral_negron

La incipiente carrera cinematográfica de los hermanos Mariana y Joserro Emmanuelli Colón ejemplifica la conocida frase del poeta español Antonio Machado: “se hace camino al andar”.

Ambos jóvenes, naturales de Ponce, que a simple vista no son tan parecidos excepto por sus sonrisas y cabellos castaños, comenzaron desde la adolescencia a abrirse paso en el séptimo arte. Su educación secundaria en el Colegio Ponceño forjó esa aparente fascinación por escribir, dirigir, filmar y editar con la intención de “contar una historia que entretenga a la gente”. Mas ha sido su propia autogestión la que, en sus años universitarios, puso a prueba lo aprendido.

Así lo señaló Mariana, de 21 años, quien aún recuerda observar sigilosamente a su hermano mayor mientras navegaba en iVideo, un programa de edición digital. No obstante, eventualmente, fue ella quien tuvo que poner en práctica esas observaciones para un proyecto académico.

“Es cuando supe que podía hacerlo y que era lo que quería hacer”, contó la egresada del Programa de Estudios Interdisciplinarios de la Facultad de Humanidades, quien junto a su hermano ha alcanzado que sus cortometrajes se proyecten en festivales de India, Estados Unidos, Francia, Cuba, Egipto, España, entre otros.

Fueron precisamente sus estudios en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPR-RP), los que permitieron que esta artista detrás del lente capitaneara su futuro enfocada en hacer cine. La libertad de crear su currículo universitario le brindó la oportunidad de diversificar su acercamiento al arte y, además, el convenio educativo con la Universidad de Nueva York facilitó que pudiese completar sus cursos de concentración en la Gran Manzana. Mariana se adiestró tanto en fotografía fílmica, como en actuación, dirección y creación de cortometrajes y guiones.

Con ese pesado bagaje de experiencia profesional, ideó junto a Joserro, 25, actualmente estudiante de tercer año de la Escuela de Derecho, filmar cortometrajes en la Isla. Poco a poco su hermano, quien completó la Certificación de Estudios de Cine que ofrece el Recinto de Mayagüez en su tercer año de bachillerato, se convirtió en el complemento necesario para que la ecuación quedara balanceada.

Fue en el 2010 cuando estos hermanos –hijos del abogado Rafael Emmanuelli Jiménez, un aficionado de la fotografía análoga y digital, y la economista Elena Colón Parrilla–  formalizaron su carrera como cineastas. Su primer corto, “143”, fue galardonado como mejor guión en la competencia Micros 2010; mejor corto nacional, mejor director y premio del público, en Cinefiesta 2011; mejor cortometraje de ficción, en Rincón International Film Festival 2012; segundo mejor corto nacional, en Enfoque 2012; y mejor corto nacional, mejor dirección y mejor edición, en Puerto Rico International Film Fest & Convention 2013.

Los reconocimientos a nivel nacional le demostraron a Mariana y Joserro que tenían posibilidades en la gran pantalla. Por ello, se atrevieron a dar el salto y competir en el Seattle International Film Festival 2012, reto en el que también salieron victoriosos obteniendo el “FutureWave Shorts Audience Award”.

“Nos hemos forzado a producir, a sacar ideas de aquí y de allá. Hemos logrado ‘pensar en imágenes’”, explicó Joserro sobre el por qué su carrera despuntó con éxito, añadiendo que el trabajo en equipo les ha hecho el trayecto más ameno y fructífero.

Su hermana, por otra parte, consideró que el continuo ejercicio de escritura acrecienta los beneficios de la colaboración mutua. Sus cortos posteriores, “Tinta y café” y “Hasta que la celda nos separe”, son producto de anotaciones sobre alguna lectura que los hizo reflexionar y acontecimientos diarios que los cautivan.

“Las ideas, en mi caso, surgen en todo momento. Tengo una aplicación de apuntes en mi celular y cuando veo algo que me gusta en la calle, lo anoto. Cuando nos toca crear, revisamos nuestros apuntes y comienza la búsqueda”, indicó la joven, mientras su hermano reía y miraba al infinito como reviviendo momentos.

Cierto es que las sonrisas de ambos son igual de frecuentes que sus triunfos. El lunes 25 de enero se enteraron de haber ganado el “Golden Grant Best Short Film” en el Magwill Film Festival, de Los Ángeles, California, por su último trabajo: “Hasta que la celda nos separe” –una producción de humor negro que mantiene al espectador ansioso por saber qué sucederá. “Si somos capaces de que la gente se meta dentro de esa historia, de llegar a la gente de esa manera, ese es el verdadero logro”, comentó Mariana sobre su sentir con cada nuevo galardón.

La joven ambiciona seguir dirigiendo proyectos de cine en Puerto Rico, aunque el próximo mes de septiembre espera trasladarse a la Universidad Pontificia de Salamanca, en España, para completar una maestría en guiones. Va decidida a educarse para retornar al Caribe y sacar adelante la industria cinematográfica local.

Por otro lado, Joserro aspira a ser abogado en el ámbito de entretenimiento. “Me gustaría mantenerme trabajando en cine y juntar mis estudios en derecho con ello. Ser abogado de Mariana, o algo así”, mencionó provocando que Mariana dijera entre carcajadas, “¡más te vale!”.

Tal parece que la aventura sacrificada e ingeniosa de estos cómplices tan solo comienza. Al presente, escriben una serie televisiva junto a Joseph Santana Vidal, con el fin de que alguna cadena televisiva integre la historia a su programación.

“Me quiero dedicar al cine de lleno. Estoy buscando trabajo, pero en cine. No he querido irme a otros lares. Estoy persiguiendo mi meta”, puntualizó Mariana.

Fotos: Dania García Lebrón

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