
Se avecinan cambios forestales en la Escuela Elemental y Secundaria de la UPR
Por Coral N. Negrón Almodóvar/ @coral_negron
Como parte de un plan de mejoras continuas en la Escuela Elemental y Superior de la Universidad de Puerto Rico, se llevará a cabo un proceso de poda y eliminación de árboles en ambos planteles. Y es que, la acumulación de hojarasca en los techos, a causa de árboles que sobrepasan la altura de los mismos, culminó en un problema de infraestructura que “afecta el quehacer escolar”.
“Tenemos salones que cuando llueve asimilan una catarata”, expresó George Bonilla, director de la UHS, quien funge como puente entre los estudiantes y la administración central universitaria con el fin de que los alumnos asimilen y entiendan la situación.
Un grupo de expertos en infraestructura y recursos naturales, entre los que figuran el director de la Oficina de Desarrollo Físico e Infraestructura de la UPR, Fernando Plá, y el director del Instituto de Ciencias para la Conservación de Puerto Rico, profesor Fernando Silva, han dado recomendaciones para esta obra que debe iniciar el mes entrante. Ambos coincidieron en que arbolistas peritos determinaron que las especies causando daños “están llegando al final de su vida”; “están enfermos”.
“Para restaurar los techos e impermeabilizarlos se necesitan eliminar, y en algunos casos podar, algunos árboles que están aportando una gran cantidad de hojas sobre los techos”, afirmó Silva, quien se sumó a esta iniciativa gracias al rector Carlos Severino. Desde entonces, Silva mantiene estrecha comunicación con el Consejo de Estudiantes de las escuelas. El egresado de la Universidad de Yale, en Connecticut, recalcó la importancia de educar a los estudiantes para que “estos se adueñen de la transformación del paisaje forestal de sus centros educativos”.
Con los jóvenes, Silva compartió hallazgos de un estudio que se realizó durante el pasado trimestre por parte de contratistas. El mismo develó que al momento de sembrar diversas especies foráneas en las escuelas -desde el 1930- no se pensó en el impacto de las ramas y raíces una vez estos árboles finalizaran su crecimiento.
A modo de ejemplificar la propuesta producto de los contratistas (no tiene información de quienes son), el diestro en ciencias forestales comentó que el árbol de Casuarina (Casuarina equisetifolia, nombre científico), endémico de Australia, Polinesia y Malasia, sobrepasa la altura de las escuelas y por estar en las “postrimerías de su vida natural” representa un riesgo para la comunidad estudiantil. Expuso que los troncos están enfermos y cualquier soplo de viento podría tumbarlos. Igualmente, que otros árboles como el de Tamarindo y de María, ubicados en la parte frontal de las escuelas, tienen que podarse porque interfieren con el tendido eléctrico de la Avenida Gándara. “Fueron árboles sembrados para cumplir con unas estéticas de la era…siembras no pensadas a largo plazo”, añadió.
Al presente, el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales respalda el proyecto siempre y cuando se rija por las exigencias forestales del Recinto, es decir que, por cada árbol eliminado, se siembren cinco.
Sobre este asunto abundó Plá, quien detalló que la Junta de Gobierno universitaria entregó a organizaciones ambientalistas el plan de corte, mitigación y siembra estipulado por el DRNA. Sin embargo, “a las dos semanas llegó una carta diciendo que esto no puede ser así, que esa cantidad de árboles no cabe en la escuela”. Es por ello que la reforestación se dividirá entre los planteles escolares y la ribera del río de los terrenos de la Estación Experimental Agrícola de la UPR, ubicada en Gurabo.
“De la mano con estos procesos, la Junta de Gobierno de la UPRRP ha pedido que se cree un reglamento para siembra, corte y poda a nivel sistémico. También que se elaboren planes maestros para cada uno de los recintos”, agregó Plá en entrevista telefónica con este medio. Sobre este asunto, Silva sostuvo que en el recinto riopiedrense, por una gestión de rectoría, se estaba trabajando un proyecto de identificación de árboles y mejoras forestales antes de que la Junta propulsara la iniciativa.
¿Por qué eliminar y podar, en vez de mantener en buenas condiciones la infraestructura?
Al abordar a Plá sobre por qué en vez del proceso de poda, eliminación y reforestación, no se creaba una brigada de trabajadores para el mantenimiento de los techos, el catedrático señaló que “el recinto no cuenta con plazas laborales disponibles”.
“Por eso, el primer paso será la eliminación de estos árboles, pero cierto es, que posteriormente, la compañía que se lleve el contrato del techo, le dará mantenimiento a largo plazo”.
Por su parte, George Bonilla, explicó que “si la universidad no tiene un programa de limpieza de techos es por razones técnicas; el personal no docente dedicado a este tipo de tareas no puede subir a ejercer en la intemperie de un segundo nivel. La UHS es de un nivel, pero en la manera que fue construida representa dos”.
Esta labor en las escuelas se realizará con una suma monetaria proveniente del Fondo del Fideicomiso del Niño. En la primera etapa de la misma se invertirán tres millones de dólares y en la segunda fase otros tres. Con este monto de dinero se deben cumplir con unas exigencias de Oficina de Asuntos para las Personas con Impedimentos y un renovado sistema de captación de agua de lluvias.
Oportunidad de aprendizaje colectivo: Intercambio de ideas y recomendaciones
Para que los estudiantes estén al tanto de los cambios que enfrentará su entorno y saquen provecho de los mismos, Silva comentó que se les ha hablado sobre las especies con las que se debe intervenir y las que serán sembradas en su lugar. La mayoría de estas serán especies nativas que tengan vínculo directo con nuestra historia como “Malaguetas, Árbol de Moca, Retamas”, aunque también habrá especies introducidas y naturalizadas.
“Ellos han participado en ese repensar de los árboles en el plantel. Están al tanto de los parámetros que debemos tomar para evitar problemas futuros…han visto de cerca cómo evaluar la situación”, acentuó.
La opinión y el conocimiento de los educandos se denota en un informe que redactaron y presentarán al Rector mañana, viernes, 4 de marzo. La Asociación de Padres y Maestros formó parte de la redacción del escrito.
Este incluye propuestas sobre qué hacer con la madera de los árboles una vez sean eliminados. Entre las ideas se destaca que se construya una caseta que preserve la memoria de la vida forestal del plantel, que se promueva un certamen de esculturas o la elaboración de una exhibición permanente. Se espera que la iniciativa Nuestra Madera, de Andrés Rúa, trabaje mano a mano con los alumnos para que estos conozcan sobre el manejo de recursos forestales.
“Los estudiantes estarán presentes para garantizar que los contratistas cumplan con lo que se ha dicho”, puntualizó Silva, quien ha fomentado el diálogo para evitar controversias por “ausencia de conocimiento”. El proyecto Recinto Verde de la UPRRP está al tanto del próximo suceso.
Este es el primer artículo sobre el proceso de eliminación, poda y reforestación en ambos planteles escolares. Próximamente se entrevistará a los estudiantes para estar al día con el proyecto.
Fotos: Dania García Lebrón
[huge_it_gallery id=»177″]
Etiqueta:forestasión, uhs, uprrp