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Transformación cabal en las escuelas laboratorios de la UPR

Por Coral N. Negrón Almodóvar / @coral_negron

Dos líderes del Consejo de Estudiantes de la Escuela Secundaria de la Universidad de Puerto Rico (UHS), Pedro Lazo –su presidente– y Carlos Velázquez –director del Comité Ecológico–, presentaron ayer, miércoles, los procesos que se llevaron a cabo para evaluar la poda, eliminación y sustitución de árboles en dicha institución.

Acompañados por el rector del Recinto de Río Piedras de la UPR, Carlos Severino; el director de la UHS, George Bonilla; la directora de la Escuela Elemental, Grace Carro; el presidente de la Asociación de Padres, Madres y Maestros, Jorge Martínez; y el profesor Fernando Silva, detallaron ante una audiencia de medios –pequeña– que las reuniones sobre los cambios que se asoman iniciaron en octubre 2015. En estas no solo estuvo presente la directiva, sino que la totalidad de miembros del Consejo.

Lazo explicó que, desde un principio, el enfoque ha sido integrar a la comunidad estudiantil para que esté alerta sobre lo que acontece. Así mismo, manifestó que la infraestructura de los planteles es delicada y son urgentes las mejoras tanto en los techos como en los salones de clase y áreas aledañas.

“Hemos podido desarrollar unas propuestas bastante sólidas, bastante innovadoras, que han traído a la escuela oportunidades educativas y ecológicas. Nos parece que este proyecto que inicialmente salió a la luz como algo negativo se ha convertido en algo que trae aspectos positivos a nuestra comunidad”, puntualizó el joven.

Sobre ello abundó Velázquez, quien recalcó que la política ambiental de la UPR obliga a sembrar cinco árboles por cada árbol eliminado, aunque como ya mencionó este medio, serán distribuidos entre las escuelas y la Estación Experimental Agrícola de la UPR, ubicada en Gurabo.

Los árboles a sembrarse son nativos y su altura beneficia la infraestructura, añadió el experto en estudios forestales, Silva. El profesor y ambientalista se sumó a esta iniciativa gracias al rector, quien una vez supo que había un fondo de seis millones de dólares proveniente del Fideicomiso del Niño para optimizar la escuela, quiso “garantizar un proceso transparente y participativo”.

Entre las especies que se sustituirán están las casuarinas que dividen el plantel elemental del superior –un total de 16 árboles. Lazo señaló que estas representan el mayor riesgo para los estudiantes porque una rama desprendida de esta especie casi lo “parte en dos”.

“Las casuarinas ya están en las postrimerías de su vida. Tienen 80 años. Además, con el soplo del viento desde el este, y su altura que dobla la de la escuela, es esta especie la que acumula mayor hojarasca en los techos”, añadió Silva.

Como evidencia a su comentario, el director, George Bonilla, indicó que la compañía encargada de reparar los techos, R & T Roofing Inc. (con sede en Toa Baja), reportó que las ramas y hojas se encuentran también en las tuberías. “Tenemos problemas que no se ven”, insistió Bonilla. Otros árboles que serán eliminados y sustituidos “por sus colindancias con los edificios y con el tendido eléctrico” son de la especie tulipán africano, higüerillo y terocarpo.

Pocas alternativas

Los cambios en el panorama forestal se deben a que el convenio colectivo de los empleados de la UPR no permite que estos suban a un segundo nivel a realizar tareas de limpieza. “La acumulación de hojarasca debe mermar”, argumentó Bonilla. Este reveló que constantemente sube al techo a realizar la limpieza junto a otros empleados administrativos. “Lo hago a mi propio riesgo”, dijo.

Para este equipo de profesionales y estudiantes la solución más costo efectiva es la contratación de la compañía externa con garantías a largo plazo. Bonilla mencionó que la impermeabilización de los techos tendrá una garantía de 20 años. No obstante, el decano de la Facultad de Educación, Roamé Torres González, adelantó que se está dialogando la creación de una unidad de mantenimiento de techos del sistema universitario.

Por otra parte, en la reunión se indicó que estudios realizados por la comunidad escolar defienden la necesidad de podar y sustituir algunos árboles porque “afectan el ambiente de la escuela”. Sin embargo, ante este escenario, los estudiantes han optado por instruirse para respetar las políticas ambientales de la UPR. El 4 de marzo le presentaron su plan al Rector. Este describió la experiencia “como una de las mejores” en los dieciocho meses que lleva en la posición administrativa.

“Nosotros queremos que el conocimiento adquirido permita la redacción de un proyecto de manejo sustentable de espacios forestales a nivel del Sistema UPR. También que exista un proyecto de ley que reforme la manera en que Puerto Rico maneja sus desechos vegetativos”, incluyó Lazo.

El líder estudiante comunicó que la madera de los árboles podría ser utilizada para construir una caseta que preserve la memoria de la vida forestal del plantel. Además, se visualiza promover un certamen de esculturas. La organización sin fines de lucro Nuestra Madera, de Andrés Rúa, trabajará mano a mano con los alumnos para que estos conozcan sobre el manejo de este recurso.

Severino, por su parte, mencionó que se está diseñando un catálogo científico que documenta la flora de la universidad.

Un sinfín de mejoras

Para renovar la infraestructura escolar también se removerá la pintura de plomo en los pasillos, se innovará el sistema eléctrico y se implantará un nuevo sistema de drenajes que debe almacenar hasta 140,000 galones de agua. Por el momento, no hay un plan para rehusar ese recurso, pero existe esa posibilidad.

Caro, directora de la Escuela Elemental, sostuvo, por su parte, que en ese plantel el mayor problema es la inundación de las áreas recreativas. También que al ser una estructura dividida se necesitan techos que conecten y eviten que los alumnos se mojen al trasladarse de salón.

Fotos: Dania García Lebrón

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