
Contextualizando la dependencia energética de Puerto Rico
Por Ana B. Umpierre Rivera
Luego de un día cargado de trabajo, a las tres de la tarde se fue la luz. Todos en la oficina se miraban confundidos. Minutos más tarde, las alertas de teléfonos celulares y redes sociales sonaban incesantemente y llenaban las pantallas con titulares que leían: “A oscuras Puerto Rico tras apagón masivo”. El caos se apoderó. Gasolineras repletas, gente comprando dos y tres bolsas de hielo. Los sonidos de las plantas eléctricas retumbaban al unísono en las urbanizaciones.
Tras 48 horas de calores insoportables, velas y linternas, los puertorriqueños se dieron cuenta que tienen una gran dependencia energética. Pero a solo dos meses de esta crisis, ¿ya los puertorriqueños olvidaron que 1.5 millones de personas permanecieron sin servicio de energía eléctrica durante tres días? ¿Acaso no creen que pueda ocurrir nuevamente?
Aunque existen diferentes reformas para obtener una independencia energética mediante el uso de energía renovable en la Isla, los proyectos no han tenido los resultados esperados. Esto se ha debido en gran medida a que las leyes no han sido claras en cuanto a las metas establecidas a corto, mediano y largo plazo. Expertos de Puerto Rico y Latinoamérica han buscado opciones para promover una independencia energética en el País, siguiendo modelos de otros países que han seguido esta línea.
Este es el caso de Costa Rica, un país con extensión territorial muy similar a la de Puerto Rico, que ha dirigido todos sus esfuerzos a promover la energía renovable. Así lo explicó el rector de la Universidad de Costa Rica, el doctor Henning Jensen Pennington en una entrevista durante la segunda reunión de la UDUAL. “Costa Rica es un país que ha puesto un énfasis muy grande en la utilización de fuentes renovables de energía y esto ha llevado a que la energía producida en Costa Rica durante un período ya muy, muy grande [y] muy largo sea un 100 por ciento de naturaleza renovable”.
El Recinto de Río Piedras de la UPR ha jugado un papel crucial en la transmisión de ese mensaje. Mediante un curso titulado Costa Rica: Fuentes de Energía Renovable, el profesor de humanidades en la Facultad de Estudios Generales, José Corrales diseñó este currículo con el propósito de crear en el estudiante la conciencia de que hay otros países que han logrado la meta de energía renovable y tomen ideas que puedan implantarse en la Isla.
Corrales subrayó que “los jóvenes son los que van a gobernar a Puerto Rico en los próximos años, y es mi deber como profesor, que ustedes vean [que] Costa Rica es un país pequeñito como Puerto Rico y [que vean] cómo nosotros hemos podido resolver ese asunto, de proveer a la industria y a los hogares de los costarricenses una energía barata y limpia al medio ambiente”.
Por otra parte, el estado ha intentado crear proyectos y leyes que salvaguarden los intereses de crear políticas públicas donde se fomente el uso de energía renovable que sean beneficiosos tanto a nivel económico como a nivel ecológico. Así lo estipula la constitución de Puerto Rico en el artículo IV, sección 19: “será política pública del Estado Libre Asociado la más eficaz conservación de sus recursos naturales, así como el mayor desarrollo y aprovechamiento de los mismos para el beneficio general de la comunidad….”
Ahora bien, con el fin de poner en práctica esta afirmación, se han creado varios estatutos como por ejemplo, la ley 83 también conocida como la “Ley de Incentivos de Energía Verde de Puerto Rico” y la ley 82, también conocida como la “Ley de Política Pública de Diversificación Energética por Medio de la Energía Renovable Sostenible y Alterna en Puerto Rico” .
Esta última legislación pretende establecer normas para crear la cartera de energía renovable, donde se crearán metas a corto, mediano y largo plazo para la generación de ese tipo de energía. Sin embargo, la ley no establece una fecha límite para cumplir con esas metas. Igualmente reconoce que “la inexistencia de metas concretas que nos dirijan a lograr esta encomienda ha tenido el efecto de dejar a Puerto Rico rezagado en términos de su política energética”.
No obstante, según indica la ley 82, el Comité de Política Pública Energética (CPPE) “acordó que los por cientos de energía renovable sostenible a ser producida en Puerto Rico serán [de] 12 por ciento de producción de energía renovable para el 2015 y 15 por ciento de producción de energía renovable para el 2020”. Al día de hoy esa primera meta no ha sido mínimamente alcanzada. Actualmente, según indica la ley 83 de 2010, Puerto Rico “genera cerca de un 70% de su energía eléctrica del petróleo”.
Asimismo, el portal electrónico de la Comisión de Energía de Puerto Rico (CEPR), muestra una tabla sobre la Distribución porcentual de la generación de energía por tipo desde el 2013 hasta el 2016. Ahí las fuentes de energía contabilizadas fueron: energía eólica, fotovoltaica, hidroeléctrica, gas natural, carbón y petróleo. La gráfica indica que en el 2013 solo se generó un 0.49 por ciento de energía hidroeléctrica, mientras que en el 2016 solo se generó un 0.45 por ciento.
Igualmente, las otras fuentes apenas generan un dos por ciento de la energía consumida en la Isla. Esto se puede observar con la energía eólica en el 2014, la cual generó 0.91 por ciento, mientras que en el 2016 aumentó a 1.3 por ciento. De igual forma en el 2014, la energía fotovoltaica generada fue de un 0.22 por ciento y en el 2016 fue un 0.6 por ciento.
Sin embargo, no siempre fue así. Según el artículo de El Nuevo Día: De vuelta a la era hidroeléctrica; en la década de los años 20 y los años 30, Puerto Rico llegó a tener 30 plantas hidroeléctricas que producían un gran porciento de la energía en la Isla. Pero debido al aumento en el consumo energético, lo que era entonces la Autoridad de Fuentes Fluviales, construyó plantas termoeléctricas las cuales dependen del petróleo para funcionar.
También, el reportaje indica que al día de hoy continúan en funcionamiento 21 de esas unidades hidroeléctricas que operan bajo la Central Hidro Gas dentro de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE). No obstante, “la aportación de este tipo de generación representa aproximadamente 1% de la generación total del sistema eléctrico de Puerto Rico” señala el artículo.
Cabe señalar que la energía hidroeléctrica es una de las fuentes más utilizadas como fuente de energía renovable. Así lo explicó el doctor Henning Jensen, rector de la Universidad de Costa Rica: “incluso el potencial, por ejemplo de energía hidroeléctrica que se encuentra en nuestro país no ha sido todavía explotado en un 100 por ciento”. Esto quiere decir que Puerto Rico tiene el potencial para implementar este sistema nuevamente, aprovechando que existen plantas hidroeléctricas en funcionamiento.
Por su parte, el arquitecto Fernando Abruña indicó sobre la energía fotovoltaica y eólica producidas en el país que “con todas esas instalaciones [de energía renovable] a duras penas llegamos al tres por ciento de la generación de energía renovable”. Sin embargo, a pesar de esa realidad no descarta que “la independencia energética sea una realidad pronto”. Al preguntarle sobre las diversas fuentes de energía alterna que se pueden implementar y que se han instalado, Abruña reconoció que la energía eólica es una de las más controversiales, refiriéndose a los parques eólicos como el recién instalado en el municipio de Santa Isabel.
Empero, admitió que “el sistema fotovoltaico [es] de menor controversia”. Instó a que se utilice el método de “generación distributiva [donde] cada usuario genera su propia electricidad y lo que sobre, se lo vende a AEE”. Desde su punto de vista, esta opción es más viable que la utilización de terrenos que ocupen bio productividad como ha sido el caso del parque eólico de Santa Isabel y la finca de placas solares en Ponce.
Por su parte, el profesor José Corrales, quien es de origen costarricense, reconoció que Puerto Rico tiene todas las capacidades para dirigirse hacia la producción de energía renovable. “Puerto Rico tiene tremendo potencial porque tiene la parte académica, tiene el recurso humano [y] tiene sol los 365 días del año”. Asimismo, recalcó que “los jóvenes son los que van a gobernar a Puerto Rico en los próximos años, y es mi deber como profesor, que ustedes vean [que] Costa Rica es un país pequeñito como Puerto Rico y [que vean] cómo nosotros hemos podido resolver ese asunto, de proveerle a la industria y a los hogares de los costarricenses una energía barata y limpia al medio ambiente; y si Costa Rica lo logró, por qué Puerto Rico no”.
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