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Clínica Rodante: de la Iupi contra la trata humana

Por Taíra M. Barreto Canals

A raíz de un conjunto de ideas entre profesores de la Escuela de Derecho del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPRRP), nace el Centro Integral de Apoyo a Víctimas (CIAV) de trata humana y a la población de envejecientes del país.

El CIAV es parte de una iniciativa que dispondrá servicios a estas poblaciones por medio de una “Clínica Rodante”, que hará visitas comunales en pueblos fuera del área metropolitana.

Según uno de los profesores colaboradores, el Lcdo. Juan Hernández López de Victoria, la idea de la clínica es poder posicionar a personas de apoyo que ayuden directamente a las comunidades en su propio espacio, en vez de esperar que las víctimas decidan buscar algún tipo de asistencia.

Asimismo, añadió que existen alianzas que ayudarán a las víctimas no solo en sus problemas legales, sino en todas las demás áreas.  El Centro se encargará de canalizar sus servicios a través de abogados que puedan atenderlos y también cuenta con el respaldo de la Oficina del Procurador de las Personas de Edad Avanzada, el Departamento de la Familia y un posible acuerdo con la Facultad de Psicología y Trabajo Social de la UPRRP, con el propósito de disponer alternativas en diferentes áreas.

“En una época de estrechez económica, esto es una manera de la UPRRP verdaderamente cumplir con su rol social.  Poder lograr que en lugar que tener que esperar a que las víctimas se sientan que tengan que pasar trabajo, tratar de proveerles directamente a las personas los recursos que tenemos dentro y fuera de la universidad”, indicó.

La entidad celebra los actos de inauguración el 20 de marzo de 2017, en su sede oficial en la Torre Central de Plaza Universitaria. Este evento marca el inicio de las gestiones de los futuros abogados y sus profesores a favor de la población envejeciente y las víctimas de trata humana.

Por su parte, la profesora Rebeca Páez Rodríguez, explicó que ya el centro ha recibido solicitudes de los estudiantes para trabajar como legales y voluntarios, en donde se pueden involucrar alumnos de Pro Bono, que es una de las clínicas de asistencia legal que tiene la Escuela de Derecho.

Páez Rodríguez expresó que “mayormente lo que vamos aportar es en lo que tiene que ver al acceso a la justicia, estas personas no se identifican como víctimas de trata humana como tal, queremos aportar a que haya mayor acceso a  ayudas o asistencias.  Esto no solamente sensibiliza a los estudiantes que hagan trabajo voluntario, sino que va a proveer el acceso a la justicia a esas poblaciones que no saben a dónde recurrir o qué hacer”.

El programa se logró con la aprobación de una propuesta de fondos externos presentada por la Escuela de Derecho y que le fuera adjudicada por el Departamento de Justicia local, entidad que administra los fondos federales bajo el fondo Victims of Crime Act (VOCA).

El centro contará con abogados, notarios, estudiantes y voluntarios quienes proveerán orientación y consejería legal así como representación legal ante agencias administrativas y tribunales.

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