
El atleta Jan Rafael Moreu Sánchez logra presea de bronce para la UPR y PR
Por Ámbar Gutiérrez Báez
Editora
Oficina de Comunicaciones
Recinto de Río Piedras – UPR
Fotos cortesía COPUR Y Wilkins Rodríguez
El talento y las destrezas de algunos jóvenes le permiten despuntar en ciertos ámbitos y lograr unas metas a muy temprana edad. Ese precisamente es el caso de Jan Rafael Moreu Sánchez, quien a sus 16 años, ya estaba representando internacionalmente a su patria, Puerto Rico.
Jan Rafael no lo pensó dos veces para adelantar sus estudios de escuela superior, específicamente los grados 11 y 12, para poder crecer como atleta. Como si anticipara sus conquistas, se dio entonces a la tarea abnegada del entrenamiento para progresar en lo que más anhelaba: el deporte.
Culminó su décimo grado en la Escuela Superior Medardo Carazo en Trujillo Alto, pero adelantó undécimo y duodécimo, culminando su escuela superior en diciembre del año pasado. “El pasado semestre lo cogí para entrenar, para el mundial y para las olimpiadas. Y ahora en agosto comencé en la Iupi”. Y por ahí lo verán, en los pasillos y verdores del campus, pues el “Pollito” ya estudia Contabilidad en la Facultad de Administración de Empresas.
Moreu Sánchez, acaba de ganar la medalla de bronce en la modalidad de Marcha 5,000 metros en los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018 celebrados en Buenos Aires, Argentina. Si bien es cierto que ya había participado en eventos internacionales -en México, Orlando, Nueva York y Filadelfia-, han sido los mundiales y este reciente episodio los que lo han validado como atleta destacado.
Jan tuvo dos comparecencias en los Juegos Olímpicos de la Juventud el jueves 11 y lunes 15 de octubre. Como suele suceder en estos casos, se suman los dos tiempos de las competencias y se adquiere la puntuación final. El desenlace: sus ejecuciones le valieron la presea de bronce. Pero eso no quedó ahí, el saldo de esas dos marchas suscribió una marca nacional en Puerto Rico (20:54) en la Categoría U18.
“Fue una experiencia súper, muy buena… fue otra cosa”, explicó el marchista al replicar que, habiendo participado en dos mundiales, esta fue una experiencia, literalmente, olímpica.
Por el ranking, ocupaba el tercer puesto de marchistas juveniles en el tablero de las Américas, “no sabíamos el ranking del otro continente, pero en el de las Américas y el Caribe, estábamos tercero, se sabía que había buenos contrincantes, pero, ahí, luchamos hasta lo último, y se nos dio, gracias a Dios”, afirmó sobre su desempeño como atleta internacional.
Sobre su ejecución Jan dijo que se siente bien satisfecho. “En nuestra primera carrera los tenía ahí, yo iba en la segunda posición hasta las últimas tres, cuatro vueltas, dieron un jalón, intenté irme con ellos, se me fueron… el cansancio. Pero para la segunda Wilkins me dio instrucciones, hice los ajustes, me mantuve con los brazos bien, luché hasta lo último y nos trajimos esa medalla para acá”, expuso el atleta al describir ambas carreras. Moreu terminó con tiempo de 21:05 en su primera jornada y con 20:54 la segunda marcha en los Juegos Olímpicos de la Juventud.
Con igual entusiasmo conversó y comparó sus dos experiencias mundiales. El Mundial de Atletismo Juvenil celebrado en Nairobi, Kenia, fue su primer viaje internacional, de esa envergadura. “Fui con 16 años acabados de cumplir”, dijo. Allí comenzó a madurar y ver los niveles de los otros competidores. Esta experiencia le sirvió de base y le brindó una óptica más amplia en el Campeonato Mundial de Atletismo Sub-20 en Finlandia. “Al Mundial Sub20 fui con 17 años… la carrera fue más rítmica, y entré en la posición número 22”, añadió. Eso fue en julio y ya en menos de tres meses estaba en Argentina.
Durante su estadía deportiva -en la llamada tierra del fuego, las carnes y el tango-, procuró hablar con su mamá todos los días. “Todas las noches habl[é] con mi mamá. Y después de la competencia estaban súper emocionados, llorando igual que yo… una emoción brutal”, manifestó.
De cara al futuro siempre hay competencias en agenda, así que Jan “Pollito” Moreu continúa sus entrenamientos en la pista atlética del campus, junto a su mentor deportivo Wilkins Rodríguez.
Diálogo con el entrenador
El entrenador de Jan, Wilkins Rodríguez, por situaciones que no estuvieron en su control, llegó el mismo día de la competencia a Buenos Aires. No obstante, bajo su mentoría ha logrado que Jan se coloque en un ranking mundial -dentro de su edad- como de los primeros del mundo.
“Tuve que hacerle muchos ajustes por el frío, pero a la verdad que él desde que salimos siempre estuvo bien positivo. El primer día fue bien frío [y el segundo de competencia mucho calor], pero como nosotros estamos acostumbrados al calor y la humedad de acá, pues yo sabía que no nos iba a afectar. No obstante, el factor mayor [que más incide en la ejecución del atleta] es la psicología”, aseguró el coach.
“Cuando uno va a esos eventos uno se encuentra con un sin número de situaciones… hay que estar bien pendiente [de las personas] para que no le digan cosas que lo vayan a afectar. Yo sabía lo que él había trabajado”, expuso al describir el ambiente.
“Y cuando él cogió medalla, mi teléfono estaba explotando, todos llamando… el primero que me llamó fue el padrastro de Jan y yo no podía hablar con él, [la emoción] era algo que yo nunca había sentido…” se entrecorta. En el diálogo compartió que cuando Jan llegó hasta donde él, se abrazaron y lloraron más. Luego, con un dique en la garganta, recordó todo lo trabajado para llegar a ese día… y hasta cuando a su tierna edad vestía las camisas con la distintiva mascota universitaria “y le quedaban bien graaaaandes” sobrándole tela, pero no osadía. Así se ganó el cariño de los gallos del patio y el alias de ‘Pollito’.
Wilkins entrena a Jan desde que tenía 12 años, es decir, hace un lustro. Su cercanía con el Comité de Marcha de Puerto Rico (FAPUR) y su presencia en las competencias regionales del Departamento de Educación de Puerto Rico (DEPR), las cuales se llevan a cabo en este campus, le permitieron identificar desde muy temprano el talento del chico.
Jan llega hasta Rodríguez, por referencia, específicamente por la mamá de Rachelle De Orbeta, otra de sus atletas estrellas, ahora Jerezana, pero que además eran semilla del mismo club, Cupey Track. “Esa es la visión que nosotros hemos tenido como entrenadores, poder rescatar los jóvenes, y que se queden haciendo estudios universitarios”, manifestó.
Wilkins lleva como entrenador oficial del recinto desde el 2013, no obstante, desde el 2011 ya entrenaba a nuestros atletas como voluntario. Unos tres años estuvo como instructor deportivo sin remuneración económica. Y, aunque a veces colabora en el área de fondismo, junto a Freddy Ramos, quien es el director, su concentración es en el evento de marcha. Igual continúa identificando talentos y entrenando las capacidades de los juveniles, con la fe de hacerlos también olímpicos, como lo ha hecho en el caso de Rachelle, quien de su mano desde el 2014, ha estado -dentro de su categoría- entre las primeras 10 posiciones mundiales.
También él fue Gallito del 2005 al 2010 y -como pudiera inferirse-, participó representando a la institución en el evento de marcha, pero también formó parte del equipo de softbol, cuyo último año lograron medalla de plata.
¿Y después del destello de bronce, qué?
A partir de ahora y antes de las Justas Atléticas Interuniversitaria 2019, a Jan le quedan unos challenges, son eventos internacionales donde participan los mejores del mundo, según explicó su entrenador. Estos eventos están avalados por la International Athletics Association Federation (IAAF).
“Antes de la LAI tenemos pensado ir a un challenge que es en Australia”, informó. El mismo sería en febrero, la LAI es en abril. “Eso es para ‘instrumento’, para los próximos Juegos Panamericanos 2019 en Lima, Perú. Eso es en julio. Esto es así porque para poder participar en los Panamericanos tienes que hacer unas marcas, sino cumples con ellas no clasificas, y las marcas son duritas. Pero ese es su objetivo mayor”, precisó.
Wilkins todo el tiempo está en la pista. Detalla que el entrenamiento es una sesión, seis días a la semana, de lunes a viernes a las cinco de la tarde en la pista del recinto, y los sábados en la mañana -casi siempre- en el Viejo San Juan y, a veces, en Bayamón.
“Todavía lo recuerdo llegando con su ‘can’ rojito en la mano”, dijo Rodríguez rememorando las llegadas de su pupilo y su singular botella de agua. Hoy Jan Rafael Moreu Sánchez ocupa el cuarto lugar en el mundo. Que a nadie le quepa duda, el ‘Pollito’ es nuestro.