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Estudiantes de la Escuela Elemental de la UPR celebran la actividad Yo quiero ser… ¡yo puedo ser! en honor a la comunidad sorda

Brian Miranda Matta
Reportero
Oficina de Comunicaciones
Recinto de Río Piedras – UPR

Fotos Héctor A. Suárez De Jesús y Nahir M. Rodríguez Vélez 

Entre cuentos, juegos y música, los estudiantes de la Escuela Elemental de la Universidad de Puerto Rico (EEUPR) celebraron el cierre del mes de la Concienciación sobre los Derechos de la Comunidad Sorda de Puerto Rico. Durante tres días, los alumnos de primer y segundo grado adscritos al Multigrado de Ayuda Individualizada (MAI) participaron de un ciclo de actividades bajo el lema Yo puedo ser… ¡yo quiero ser! en el que compartieron con diversos miembros de la comunidad sorda, a través de encuentros que promovieron el respeto y la inclusión. 

El ciclo de actividades -coordinado por la profesora Sugeily Ortiz- inició con la interpretación en lenguaje de señas del cuento El cumpleaños de Baldomero de Isabel M. Febles Iguina, a cargo de la profesora Yolanda Rodríguez Fraticelli, primera sorda puertorriqueña en obtener un doctorado. Celimar Rivera Cosme -primera sorda parcial en obtener un bachillerato en interpretación en lenguaje de señas- acompañó a la doctora Ramírez, prestando su voz para la narración del cuento. 

A través de su participación, la profesora Rodríguez insistió en la importancia de romper la expresión “no puedo”. “Una persona sorda puede realizar cualquier trabajo, lo único que no puede hacer es escuchar. Hay que abrir puertas y ofrecer oportunidades a la comunidad sorda”, expresó Rodríguez Fraticelli, quien por años estuvo a cargo de un grupo preescolar de niños sordos en la EEUPR en colaboración con el Departamento de Educación de Puerto Rico. Por su parte, Rivera Cosme compartió la necesidad de seguir educando a las personas oyentes, pues muchos desconocen que existe una comunidad sorda en el país. “Existimos, somos iguales y podemos realizar cualquier cosa”, puntualizó la intérprete. 

Al día siguiente, Elián O. Rivera Rodríguez -capitán del equipo masculino de voleibol de la UPR-RP- compartió con los niños una breve charla sobre su experiencia como deportista sordo. Luego, pasó con los integrantes del MAI a la cancha de la escuela y -mediante una sesión de juegos- les enseñó las técnicas defensivas del deporte. En el transcurso de su participación, Rivera Rodríguez resaltó que el apoyo de familiares y amigos es una herramienta indispensable para que jóvenes con diversidad funcional puedan obtener éxito en la sociedad. El voleibolista -quien cursa su cuarto año en Gerencia en la Facultad de Administración de Empresas- aseguró que desea inspirar a otros estudiantes sordos para que puedan sobrepasar los retos auditivos y logren conseguir sus metas. 

Durante el tercer día de actividades, la egresada de las escuelas laboratorio Claudia I. Rivera Sánchez charló con los jóvenes sobre su experiencia como estudiante sorda y les explicó cómo funcionan sus audífonos. Rivera Sánchez -primera sorda en obtener un bachillerato en el Conservatorio de Música de Puerto Rico- también realizó una presentación musical en que interpretó tres canciones con su oboe, incluyendo el Himno a la alegría de Beethoven. A través de su participación, la invitada -quien actualmente cursa estudios graduados en la Facultad de Educación del Recinto de Río Piedras de la UPR- motivó a los niños a ser creativos y respetuosos cuando deseen comunicarse e intercambiar información con los miembros de la comunidad sorda. Asimismo, destacó la importancia de rodearse de buenos amigos y ser persistentes para cumplir con sus sueños. 

La profesora Sugeily Ortiz Rivera -encargada del Multigrado de Ayuda Individualizada (MAI)- hizo énfasis en que el desarrollo de estas iniciativas es una excelente oportunidad para promover ambientes de inclusión, respeto y empatía entre los niños. “Nuestra niñez en el MAI sabe que ellos pueden ser lo que quieran ser, pero recibir a la comunidad sorda y que estos sean modelos de éxito es de gran inspiración para ellos. El mensaje de Yolanda, Celimar, Elián y Claudia es vital y es que, no importan los diagnósticos o retos, siempre tenemos áreas de oportunidad y logros por alcanzar”, declaró Ortiz Rivera. 

La decana interina de la Facultad de Educación, doctora Grace M. Carro Nieves, participó de la iniciativa y destacó cómo -históricamente- la Escuela Elemental ha priorizado la creación de experiencias de aprendizaje que fomenten la inclusión desde la niñez. “En armonía con la misión de la Facultad de Educación, la Escuela Elemental de la UPR provee experiencias educativas innovadoras que promueven el respeto a la diversidad y un ambiente de equidad democrática, que permita a los estudiantes valorarse y respetarse. Sostenida en las aperturas de las comunidades de aprendizaje, la escuela fomenta oportunidades y vivencias dirigidas a la inclusión y la valorización de la diversidad humana”, comentó la doctora Carro, quien por más de diez años dirigió la EEUPR. 

Por otro lado, la directora interina de la Escuela Elemental, doctora Isabel Delgado Quiñones, se expresó entusiasmada con la iniciativa de la profesora Sugeily Ortiz y resaltó cómo la participación de los invitados proveyó mayor pertinencia al mensaje que se buscaba transmitir a los niños. “[En última instancia], lo que ella [la profesora Ortiz] promueve en esta actividad es que nos aceptemos, apreciemos la diversidad y que podamos comprender que -no importa el impedimento u obstáculo que puedan tener en el camino- los estudiantes pueden lograr lo que quieren ser”, aseguró. 

Multigrado de Ayuda Individualizada 

El Multigrado de Ayuda Individualizada es un proyecto educativo que atiende la diversidad de necesidades educativas y estilos de aprendizaje de los estudiantes de primer y segundo grado. De manera particular, el MAI se especializa en proveer un apoyo individualizado en el área de lectoescritura para que los niños puedan obtener un mejor desempeño dentro de sus áreas de oportunidad. Entre las prioridades del proyecto se destaca mantener un espacio organizado para desarrollar independencia, liderazgo, convivencia entre pares, mantener autocontrol e incentivar el área socioemocional, a través de un ambiente inclusivo y respetuoso.

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