
Martin Luther King Jr. y su huella en la UPR
- Fecha 16/01/2024
Brian Miranda Matta
Especial para El Nuevo Día
El Teatro de la Universidad de Puerto Rico –desde su inauguración en 1939– ha recibido a personalidades de trascendencia histórica en diversos contextos del arte, la academia y la acción social. Sin embargo, pocos conocen que el doctor Martin Luther King Jr. se presentó en el “Aula Magna” del recinto riopedrense 18 meses antes de su icónico discurso “Yo tengo un sueño” en Washington D. C.
El doctor King –quien entonces ascendía como prominente activista por los derechos civiles– se dirigió a la comunidad universitaria la noche del 16 de febrero de 1962. El evento –auspiciado por el Instituto de Estudios del Caribe y el periódico estudiantil Vanguardia Universitaria Liberal (VUL)– estuvo programado para comenzar a las 8:00 p.m. No obstante, el informe de actividades del Teatro indica que la ponencia –con una asistencia de 1,500 personas– inició diez minutos más tarde. El director de Actividades Culturales del VUL –Joel Magruder– ofreció la bienvenida a la audiencia y cedió el micrófono al secretario de Justicia, Hiram Cancio. “Puerto Rico comparte la pasión por los derechos civiles del doctor King. Las gentes cuentan con su liderato y sus consejos […] porque todos estén unidos por los lazos de la fraternidad”, expresó Cancio, mientras presentaba al invitado especial.
Minutos después, Martin Luther King inició su conferencia titulada “El reto de una nueva época”. En su exposición, el orador habló sobre las enfermedades sociales que aquejaban la década del 60 y sus posibles consecuencias en el futuro. King enfatizó que –históricamente– la segregación, la explotación, el discrimen y el colonialismo han atentado contra la dignidad humana. Por tanto, el conferenciante sugirió que las acciones y los cambios de perspectiva son importantes para transformar la sociedad. “Tenemos que aprender a vivir juntos como hermanos o moriremos juntos como tontos. […] Confrontamos el reto de mantener nuestro progreso moral al nivel de nuestro progreso científico”, comentó King, quien también habló sobre las amenazas de muerte que había recibido por su activismo social y la importancia de no responder a la violencia con más violencia. “Algunos han de morir –yo estoy listo a morir– con valor tranquilo”, añadió.
Al concluir la ponencia, la audiencia conmovida se colocó en pie espontáneamente y ovacionó al doctor King. Luego, inició un periodo de preguntas y respuestas en que numerosas personas se involucraron en un diálogo que se extendió hasta las 10:30 p.m. Durante el transcurso de la actividad, el doctor Justo L. González –profesor del Seminario Evangélico– fue el traductor del reverendo.
Tres días después, el periódico El Mundo elogió la participación del doctor King mediante la publicación de una extensa reseña del evento. “Se recordará como uno de los discursos más concisos, hondamente pensados y llenos de significación moral y social pronunciados recientemente en Puerto Rico”, escribió el periodista Roy Godes en el párrafo introductorio. Asimismo, el VUL divulgó una breve nota sobre la actividad en que los estudiantes organizadores se identificaron “satisfechos” con la conferencia.
Aunque la prensa solo destacó el evento de la noche, los universitarios de la época recuerdan que –previo a la ponencia realizada en el Teatro– el doctor King pronunció otro discurso titulado “El futuro de la integración”. El encuentro realizado en el anfiteatro Julia de Burgos –antes conocido como la Sala de Conferencias de la Facultad de Estudios Generales– se ofreció a un reducido grupo de estudiantes. “Me impresionó su figura, lucía como un hombre muy serio. No recuerdo una sonrisa, siempre fue muy formal”, rememora el profesor Rafael Irizarry, de la Escuela Graduada de Planificación, quien cursaba su segundo año de bachillerato y estuvo sentado en primera fila durante la presentación. Por su parte, la profesora jubilada Liliana Cotto comenta que asistió a la conferencia gracias a un curso de Ciencias Sociales que tomaba con el profesor Eduardo (Edwin) Seda Bonilla. Cotto asegura que la experiencia constituyó un encuentro más “íntimo” entre King y los universitarios.
La estancia del doctor King se extendió del 13 al 27 de febrero. El Premio Nobel ofreció otras cinco conferencias fuera de la IUPI, específicamente en el Recinto Universitario de Mayagüez de la UPR, la Universidad Interamericana en San Germán y el Seminario Evangélico en Río Piedras. Asimismo, tuvo la oportunidad charlar con el músico Pablo Casals, participar en el programa televisivo “Pico a Pico” y vacacionar en la zona metropolitana.
Este viaje se produjo gracias a una invitación que le realizó el profesor y activista Robert Frank Fulton, quien presidía el Capítulo de Puerto Rico de la Fellowship of Reconciliation (FOR). Originalmente, la invitación del docente –adscrito a la Universidad Interamericana– proponía una visita de King para el año 1961. Sin embargo, el ministro tuvo que cancelar su viaje por compromisos previos y la nueva fecha terminó coincidiendo con la conmemoración del 50 aniversario de la Universidad Interamericana.
La vista trascurrida en 1962 no fue la única ocasión en que Martin Luther King estuvo la isla. En 1960, el reverendo realizó una breve escala en el aeropuerto de Isla Verde el 27 de junio cuando se dirigía a la Décima Asamblea de la Alianza Mundial Bautista en Brasil. Asimismo, en 1965, participó –el 14 y 15 de agosto– como el orador principal de la Convención Mundial de Iglesias Discípulos de Cristo en el Estadio Hiram Bithorn. Diversas fuentes indican que King también estuvo en Puerto Rico durante 1964, mas –al redactar este artículo– no se encontró evidencia periodística sobre la visita.

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