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Ramón “Moncho” Hernández Cruz, director del Departamento Atlético de la IUPI, será exaltado al Salón de la Fama de Voleibol en Puerto Rico 

Jarniel Canales Conde
Reportero
Oficina de Comunicaciones
Recinto de Río Piedras-UPR

Fotos Héctor A. Suárez De Jesús

El director del Departamento Atlético de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPRRP), Ramón A. Hernández Cruz, será exaltado el próximo 7 de abril al Salón de la Fama del Voleibol de Puerto Rico en una ceremonia que se llevará a cabo en el Teatro John William Harris, del Recinto Metropolitano de la Universidad Interamericana.

“Me siento contento y orgulloso. Significa mucho para mí y mi familia, ya que han sido muchos años de trayectoria desde que comencé como jugador”, expresó el exvoleibolista.

Hernández Cruz, de 51 años, formará parte de la quinta exaltación al Salón de la Fama de Puerto Rico. Su nombre irá acompañado de leyendas del deporte, como sus contemporáneos Héctor “Picky” Soto y Víctor “Vitito” Rivera, así como la voleibolista Eva Cruz. La clase de 2024 de exjugadores inmortalizados contarán con un total de 34 personas que serán reconocidas por sus aportaciones al deporte de la malla alta.

“Es uno de mis mayores logros el poder ser reconocido entre tantos grandes voleibolistas que ha tenido este país”, confesó el exatleta, quien representó a Puerto Rico en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 en voleibol de playa junto a su compañero de equipo, Raúl Papaleo. Asimismo, el exjugador ganó medalla de bronce en los Juegos Panamericanos 2003 en Santo Domingo y consiguió el oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2002.

Hernández Cruz empezó su carrera profesional como voleibolista en 1990. Sin embargo, sus comienzos atléticos no fueron en el deporte de la malla alta, sino en el béisbol.

“Desde joven, mis padres lo primero que me pusieron a jugar fue béisbol a los siete años. A los nueve comencé a jugar baloncesto y no es hasta los 12 que comienzo a jugar voleibol en el equipo de los grupos de jóvenes de la iglesia en que yo asistía” relató el actual director atlético de la UPR en el Recinto de Río Piedras, quien contó que se destacó en el deporte desde temprana edad. “No fue hasta cuarto año de escuela superior que decidí continuar en el voleibol porque había recibido una beca deportiva por este deporte en la Universidad de Pennsylvania State”, agregó, quien posee una maestría en gerencia industrial de la Universidad Interamericana de Puerto Rico y un bachillerato en gerencia de operaciones de la Universidad Estatal de Pensilvania.

Hernández Cruz fungió como atleta de alto rendimiento durante 18 años. En la Liga de Voleibol Superior Masculino (LVSM), jugó del 1990 al 2002, y luego del 2006 al 2008. Durante su tiempo en la liga, formó parte de los Plataneros de Corozal, los Criollos de Caguas y los Patriotas de Lares. Del 2002 al 2006, tomó un receso de las canchas y se enfocó en el voleibol de playa para el proceso de clasificación olímpica. La pausa rindió frutos tanto para el exatleta como para el Comité Olímpico de Puerto Rico (COPUR), pues Hernández Cruz, junto a su compañero Papeleo, conquistó dos medallas a nivel internacional y un boleto a las Olimpiadas de Atenas 2004.

Al exexatleta le interesó el voleibol de playa desde una edad temprana, pues siempre estuvo cerca a este deporte, según recordó. “Yo desde bien joven, estuve expuesto al voleibol de playa. Poder combinar la playa con el deporte fue algo que me llamó la atención desde bien joven”, comentó el exjugador.

Luego de su etapa como voleibolista, que culminó en el 2008, Hernández Cruz se ha desempeñado en otras facetas en el deporte durante los últimos 15 años, desde entrenador en ligas superiores y programas nacionales a trabajar en clubes con los jóvenes.

El 1 de julio de 2022, el también dirigente comenzó su función como director atlético del Recinto de Río de Piedras de la UPR.

“Yo he vivido cada faceta a plenitud”, afirmó Hernández Cruz, quien también fue director atlético de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico (PUCPR). “Todas estas experiencias deportivas, más mis estudios académicos, me han abierto muchas puertas. Para mi es un gran honor y una gran responsabilidad poder trabajar en la universidad como  director atlético”, concluyó.

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