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UPR reafirma su compromiso contra la violencia sexual

Brian Miranda Matta
Reportero
Oficina de Comunicaciones
Recinto de Río Piedras – UPR

Fotos Yainelly Ortiz Serrano

Durante el mes de prevención y concientización sobre la violencia sexual, SIEMPRE VIVAS Metro y el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR) se unieron para realizar una serie de actividades con el propósito de reclamar espacios de paz para todas las personas que sobreviven este mal social. Por lo cual, como cierre a los diversos eventos del mes, se realizó –el martes 23 de abril– el conversatorio “Junte, resistencia y bomba: Construyendo espacios seguros en la universidad” en la Sala Jorge Enjuto de la Facultad de Humanidades.

Al iniciar el encuentro, la psicóloga y codirectora de SIEMPRE VIVAS Metro –Yarimar Rosa Rodríguez– ofreció un saludo a la comunidad universitaria y explicó la importancia de que el recinto riopedrense sea parte del esfuerzo contra las diferentes instancias de violencia de género. “Estamos convencidas que acuerpándonos en nuestros espacios universitarios es que le decimos a las estructuras, a la administración universitaria y a nuestra comunidad que queremos un campus intolerante, pero intolerante a las violencias”, planteó Rosa Rodríguez.

Minutos más tarde, la trabajadora social Amaris Reyes Vidot –quien fungió como moderadora de la actividad– presentó a los ponentes del conversatorio: la doctora Elithet Silva Martínez, directora interina de la Escuela Graduada de Trabajo Social Beatriz Lassalle y codirectora de SIEMPRE VIVAS Metro; el doctor Larry E. Alicea, catedrático auxiliar de la Escuela Graduada de Trabajo Social Beatriz Lassalle; y el doctor Pablo Luis Rivera, catedrático de la concentración menor en Estudios e Investigación Transdisciplinaria en Afrodescendencia en la Facultad de Estudios Generales.

Durante el diálogo, los académicos expusieron que el acceso a la educación es un derecho que debe garantizar que la experiencia de aprendizaje se produzca en un lugar donde las personas se sientan seguras. Por lo cual, según identificaron los expertos, el tema de la violencia sexual debe trascender los foros de las Ciencias Sociales, las Humanidades y el Derecho. Todas las facultades y disciplinas en el ambiente universitario poseen la corresponsabilidad de ofrecer espacios de acompañamiento y seguridad. En otras palabras, debe promoverse una colaboración transdisciplinaria en que elimine la neutralidad, la indiferencia y el individualismo ante las diversas instancias de agresión sexual. Asimismo, los educadores identificaron que dentro del recinto riopedrense existen políticas institucionales y proyectos de brindan servicios de apoyo a personas que experimentan este tipo de violencia como –por ejemplo– SIEMPRE VIVAS Metro, la Oficina de Cumplimiento de Título IX, el Programa de Acompañamiento al Empleado (PAE) y el Centro Integral de Apoyo a Víctimas.

Desde otra perspectiva, los panelistas también plantearon que a través de la música se pueden producir espacios de acompañamiento y sanación para las víctimas de violencia sexual. De manera particular, se presentó la bomba como plataforma musical-combativa propicia para transformar y canalizar tanto las experiencias como las emociones. Por lo cual, al finalizar la conversación, los presentes se desplazaron hacia la plaza Baldorioty de Castro –frente a la Torre– para colocar en práctica lo discutido mediante un ejercicio demostrativo de bomba. El doctor Pablo Luis Rivera estuvo a cargo de dicha sesión explicativa. Luego, en las escalinatas de la Torre, el colectivo finalizó la actividad realizando un lazo humano como gesto de unidad comunitaria y un llamado a la prevención de la violencia sexual en el campus.

El conversatorio “Junte, resistencia y bomba: Construyendo espacios seguros en la universidad” se realizó durante esta semana con el propósito de coincidir con el “Denim Day”, también conocido como el día del mahón. Este evento internacional surgió en Italia –durante la década de 1990– con el propósito de promover la solidaridad y el acompañamiento con las víctimas de agresión sexual. Por lo cual, durante la actividad, la sala Jorge Enjuto estuvo decorada por la exposición artística “Autorretrato en mahón” creada por Laura García y un colectivo de acompañamiento de costura y bordado meditativo.

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