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Barranquiteño logra terminar su bachillerato casi 40 años después

Por Frances Rosario
Publicado en Primera Hora

Entre los 57 a los 60 años de edad, Ted Torres Estrella encontró su nueva juventud.

Lo hizo inmerso entre libros, programas de computadoras, clases junto a compañeros de 18 años y en salones que han atestiguado el desarrollo de Puerto Rico por el pasado siglo.

Su sonrisa delata la inyección de energía y vitalidad que le añadió a su vida regresar a la Universidad de Puerto Rico (UPR), recinto de Río Piedras, a retomar un capítulo incompleto.

Es “una nueva juventud en el sentido emocional, espiritual, intelectual”, según describió uno de los graduandos que se distinguirá hoy en la colación de grados de la IUPI.

Antes de retomar sus estudios, Torres Estrella llegó a estar en una etapa en la que “trabajaba y vivía el día a día, el momento a momento, y no tenía como que ningún plan ni nada. Le confieso que, pues, también… Tú sabes, tuve problemas con el alcohol, con el uso de drogas y todas esas cuestiones”.

Pero, desde que retomó su capítulo inconcluso vive apasionado. Ahora, próximo a cumplir los 61 años, tiene un plan de vida.

Torres Estrella nació el 6 de agosto de 1964 en Brooklyn, Nueva York. A los ocho años, su familia regresó a Puerto Rico y se estableció en Barranquitas.

En 1982, terminó su escuela superior e ingresó a la UPR, recinto de Cayey, para evitar las huelgas que se registraban para aquella época en el recinto de Río Piedras. Pero, en enero de 1984 logró transferirse para completar su bachillerato en historia en la IUPI.

Ted completó su bachillerato y ahora tiene como meta irse a España a realizar una maestría. (Carlos Giusti/Staff)

Un tropiezo

Creyendo que había completado su bachillerato, se mudó en el verano del 1987 a los Estados Unidos a buscar trabajo. Se localizó en Long Island, donde consiguió empleo en una fábrica de ventanas. Sus planes eran esperar que le llegara la certificación del grado de bachillerato alcanzado para hallar empleo como maestro.

“Pasa que, entonces, en agosto es cuando me llega una notificación de que tenía un incompleto en un curso”, reveló.

Fue el fenecido historiador y sacerdote puertorriqueño Fernando Picó quien estableció que no completó la clase que tomaba en el último semestre, previo a su graduación.

“Esta fue la clase de historia medieval y, de hecho, fue una gran lección, porque me da mucho orgullo. El profesor de esa clase fue Fernando Picó. Y la lección, obviamente, la tengo grabada siempre, porque cuando yo regreso (al año de irse a Estados Unidos), me entrevisto con él y me dijo: ‘Yo te doy un incompleto, porque el trabajo que me entregaste está bien, está bien realizado y eso, pero no fue con lo que tú empezaste a trabajar. Y yo sé que tú puedes producir un mejor trabajo que eso’. Pues, claro, fue como que la cuestión de la exigencia de la excelencia”, relató.

Para aquel entonces, Torres Estrella estaba en sus 20 años, no tenía apoyo financiero y tenía que trabajar.

“Tenía que hacerme por mí mismo. Así que, pues, nada, seguí trabajando y eso se quedó como que en la parte de atrás (pendiente). Pero, fue algo como que siempre estuvo ahí presente”, señaló.

Más allá de trabajar, como cualquier otro joven, Torres Estrella estuvo inmerso en discotecas y fiestas. Lo llamó el “featureo”.

“Cuando vienes a ver, se te han ido 10 años de tu vida fácilmente en eso”, relató, al dar a conocer una de las razones por las que quedó postergado la misión de completar una sola clase para obtener su bachillerato.

Otro aspecto que limitó al ahora graduando fue su situación emocional, por todo lo que atravesaba al ser homosexual.

“En aquella época, vivíamos como dicen, ‘en el closet’. O sea, esto de poder vivir abiertamente sin ninguna repercusión en nada, no era real. Había que mantener esa imagen social”, comentó.

Sus intentos por retomar los estudios nunca prosperaban por situaciones económicas. Finalmente, dejó a un lado su misión de completar el grado cuando comenzó a laborar de mesero en un restaurante del hotel Caribe Hilton, lo que le dio estabilidad financiera por 16 años.

Su pensamiento era que “ya espero cobrar mi Seguro Social a los 62 años y cuando me retire, pues, entonces, regreso y termino mi grado de universidad. Pero, (el huracán) María (2017) precipita todo el asunto, porque me encuentro sin empleo, (ya que el restaurante cerró)”.

En ese entonces, vivía en Barranquitas, lo que “implicaba que los costos míos eran mucho menores que vivir en San Juan. Aparte de eso, pues ya no era el muchacho de treinta y pico de años, sino que era el hombre de 50 años (…) aprendí a conocer un poquito más el dinero y a vivir con poco”.

El retorno

Como no lograba conseguir un empleo estable, Torres Estrella decidió dar el paso e intentar regresar a la universidad en el 2022. Ya no tenía derecho a una beca. La recomendación que le dieron fue tomar dos o tres cursos por semestre para que los pudiera pagar.

Como le convalidaron muchos de los créditos que tenía de sus cursos de historia, sólo tenía que completar la nueva especialidad que seleccionó: historia del arte. Le tomó tres años completar 33 créditos.

“Yo no había pisado el recinto en años y ese primer día fue regresar a caminar por donde yo había estado (…) volver a pasar por La Plazoleta y regresar al (edificio de la Facultad de Humanidades) Luis Pales Matos, y toda esa cuestión fue como que un viaje en el tiempo”, rememoró.

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