
El Teatro Rodante Universitario de la IUPI obtiene ocho premios LATA
Por Mario Alegre Barrios
Oficina de Comunicaciones
Escrita en el último año del siglo XVI —hace ya 426 años— la comedia “Como gusten” (“As You Like It”), del inglés William Shakespeare, es de esas obras atemporales cuyos valores, trama y personajes se han adecuado mercurialmente a cualquier época en la que se le revisita, con una cantidad inmensa de versiones, cada cual como un reflejo del momento y de la realidad en el que este clásico es abordado.
Como parte del repertorio del Teatro Rodante Universitario del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR), esta pieza volvió a escena en noviembre pasado, como parte de las actividades propias del semestre académico en el Departamento de Drama, con un puñado de funciones sin grandes pretensiones de trascender la territorialidad del campus riopedrense pero que ha sido seleccionada para rechinar ocho galardones LATA (Latin Alternative Theater Awards) en la categoría de Teatro Universitario, acaparando así todos los premios de este rubro.
Adaptada y dirigida por la profesora Isabel Ramos —y quien recibirá los premios en ambas categorías, (como “Mejor Adaptación” y “Mejor Dirección”) en la ceremonia que se celebrará el lunes 18 de agosto próximo en la Fundación Nacional para la Cultura Popular, en el Viejo San Juan a las 7:00 p.m.— “Como gusten” también ganó premios para la “Mejor Actriz Protagonista”, Dianne D’Oleo; “Mejor Actor Protagonista”, Sebastián Ramón; “Mejor Actriz Característica”, Kumari Martínez; “Mejor Actriz de Reparto”, compartido por Grassie Pagán y Karla Martínez; y “Mejor Actor de Reparto”, Andrés Hidalgo.
En camino a cumplir su tercer año como profesora en el Departamento de Drama de la IUPI, Alicia comenta que asumió el compromiso de embarcarse en la adaptación y montaje de “Como gusten” por sugerencia de la profesora Jessica Gaspar y que optó por este clásico de Shakespeare porque quería una obra que, de alguna manera, reflejara la fuerza de la juventud.
—“As You Like It”, fue el primer texto, la primera obra teatral que yo vi cuando entré a la Universidad de Cornell, en Estados Unidos —recuerda—. Esa fue la primera obra que estaban poniendo en escena el departamento de drama donde yo estudié en aquel entonces. Recuerdo que me impactó por eso mismo, porque una obra que hablaba del amor, del primer amor, del amor de juventud, de la locura del amor… Y también tenía el tema de la identidad de género, porque “Rosalinda”, que es la
protagonista, pues se disfraza de hombre para darle una lección de amor a su enamorado, que es “Orlando”.
Aunque esta obra ya había sido montada en el Departamento de Drama, Alicia se sintió provocada para darle un toque moderno, un toque atemporal.
—Mi estilo no es de época, no trabajo montajes necesariamente fieles a la realidad histórica —señala Alicia, quien precisamente enseña Historia del Teatro—. Yo quería también trabajar con mis estudiantes desde un punto de vista práctico y no teórico, en mi clase de historia yo lo cubro, pero otra cosa es hacerlo en la práctica teatral. Yo siempre trato de llevar el mensaje de que la historia es un proceso, de que el teatro es tradición, pero también es invención de tradición. Y que a estos autores que estudiamos en esa clase, que empiezan desde los griegos hasta el Siglo de Oro, hay que mirarlos no solo como clásicos, sino también como los grandes innovadores del teatro mundial. Fueron los grandes experimentalistas, los grandes innovadores. A un autor como Shakespeare, por ejemplo, no es para verlo como un museo, sino para verlo como uno de los grandes experimentalistas de la historia del teatro, quizás el más grande.
Respecto a la noticia de que este proyecto había sido reconocido con 8 premios LATAM, Alicia comenta que para ella fue “una gran sorpresa”, porque se montó justamente entre las elecciones del pasado noviembre y el fin de semana de Acción de Gracias, no la mejor época para una buena afluencia de público. Aun así, entre quienes fueron a ver una de esas funciones estaba Héctor Luis Rivera, miembros de los Latin Alternative Theatre Awards.
—Yo no lo conocía, pero al final de la función habló conmigo y me dijo que, había quedado fascinado, que nunca había visto un Shakespeare así, hecho de esta manera, que le había parecido muy novedoso el montaje, muy interesante. —recuerda Alicia—. Me pidió nombres de algunos estudiantes, me preguntó referencias de algunos de ellos, me habló, me dijo que las chicas le habían parecido fabulosas, que le había gustado muchísimo la dirección, la adaptación… en fin, hasta que nos enteramos recientemente de que habíamos sido seleccionados y seleccionadas para esos 8 premios.
—Alicia, ¿qué retos le planteó a usted como directora y adaptadora este montaje con un núcleo de estudiantes y todo lo que ello implica al enfrentarse a un texto de tanta antigüedad y de un gigante como Shakespaare?
—Que entendieran el texto, las líneas, los versos, que se apropiaran de ellos, que se atrevieran a innovar, a ser creativos, que fue una cosa que logramos bastante pronto en el proceso por la manera como trabajamos y abordamos el montaje, con todos los desafíos por las suspensiones en la electricidad, todos esos temas siempre son
complicados, la falta de luz por momentos. Yo creo que los estudiantes abordaron el reto con mucho entusiasmo, valentía y creatividad.
—¿Cómo compara a los estudiantes de drama de esta generación a los de la que usted perteneció?
—Creo que tienen mucha valentía a la hora de trabajar, pero siento que la falta de lectura es un tema muy serio —cometa—. Les falta apego y devoción por la lectura y la inteligencia artificial nos está acabando de dar la estocada mortal con este tema. A veces yo no sé qué más hacer para plantearles un trabajo original porque las redes sociales lo dan todo y todo está ahí y todo lo tienen al alcance de un dedo y se me hace tan y tan y tan difícil acercarme a ellos intelectualmente.
—¿Hay espacio para el optimismo, Isabel, para seguir apostando al teatro como una de estas bellas artes fundamentales para el ser humano?
—¡Ah!, de eso no hay duda… el teatro, el teatro es y nunca va a morir. Llevamos tres mil años haciéndolo. El teatro sigue vivo, no importa qué, se reinventa, se regenera, se reestructura, pero el teatro sigue ahí. Y el teatro como medio de comunicación va a seguir siendo. Quizás una de las cosas positivas que puedo decir de cómo está evolucionando el teatro es como hace veinte años solo nos pocos escribían teatro. Había unas personas que eran dramaturgas y lo escribían.
Hoy en día parece que escribir está ligado con el acto de poner en escena y todos los estudiantes escriben teatro y muchos de ellos escriben su propia propuesta y las piezas que ponen en escena. Así que eso es algo positivo que tengo que resaltar.
Respecto a estos premio, Isabel asevera que ella los ve, sobre todo, “como un aliento para los estudiantes”.
—Son tiempos difíciles, son tiempos de recortes, son tiempos en los que salir al mercado laboral es realmente una hazaña —afirma—. Así que yo los veo más como un incentivo, como un aliciente, como un estímulo para que ellos sientan que su trabajo valió la pena, que su trabajo fue visto, que fue reconocido.