
Estudiantes confinados resaltan la importancia de la educación
Por Axel R. Nevárez Ayala
Estudiante Reportero
Oficina de Comunicaciones
Recinto de Río Piedras – UPR
Fotos Julián Ortiz González / Estudiante Fotoperiodista
“El único sueño que te puedo vender es la educación”, fueron las palabras que el difunto maestro Fernando Picó le dijo a uno de sus ‘estudiantes confinados’ cuando este le decía que a los confinados no se le venden sueños al solicitarle su ayuda con un indulto.
El pasado viernes, 14 de junio de 2019 el Proyecto Estudios Universitarios para confinados/as llevó a cabo su actividad de cierre de semestre donde los estudiantes confinados participantes hablaron sobre su experiencia. “La educación transforma vidas, repara heridas hechas por las malas circunstancias que nos rodeaban ayer y nos rodean hoy”, manifestó Omayra Torres Sánchez, estudiante confinada y participante del proyecto, para demostrar su resiliencia ante la adversidad de estar tras las rejas. “La educación cambia visiones de mundo erradas, por unas positivas pese al escenario. Y demostrar que es de inteligentes pelear con palabras para obtener una mejor calidad de vida”, añadió Torres Sánchez.
Iniciado en el 2014 por el difunto profesor, historiador y catedrático del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (RRP-UPR), Fernando Picó, este proyecto se logró concretar gracias a un acuerdo colaborativo entre la Universidad de Puerto Rico, el Recinto de Río Piedras de la UPR y el Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR). Su finalidad principal era darle la oportunidad a confinados, que se encuentran bajo una custodia de máxima seguridad, de cursar estudios universitarios gratuitos para, así, poder reintegrarse a la sociedad.
“Este proyecto de vanguardia, se presenta como una oportunidad para el Departamento de Corrección y Rehabilitación, donde estamos adoptando la educación universitaria como parte del proceso de rehabilitación en los reclusos que tenemos hoy día en las instituciones correccionales. Lo hemos adoptado como política pública. Fernando Picó anticipó esto, ya que vio el potencial de los confinados y sus mentes tan privilegiadas que ha sido demostrado con sus pensamientos. Lo que perseguimos es crear un mejor país y personas más sensibles que puedan adquirir este conocimiento para valerse por sí mismos y hacer cosas positivas por Puerto Rico”, comentó el subsecretario del DCR, Irving Otero Narvaez.
El grupo de ‘estudiantes confinados’, aspirantes a un Bachillerato en Estudios Generales, estaba compuesto por unos 11 hombres del Anexo 292, o como cariñosamente se refieren al anexo; Recinto 292, del Complejo Correccional de Bayamón, y aproximadamente unas 14 mujeres, quienes también están confinadas en el complejo. Muchos de los que conforman este grupo heterogéneo, han pertenecido al mismo desde los inicios del proyecto en el 2014, sin embargo, por diferentes circunstancias otros no han podido continuar. El tope de participaciones que ha tenido el programa, por grupo, ha sido de 25 personas. Por otro lado, muchos de ellos son candidatos a reducción de seguridad, es decir, de máxima custodia a mediana, lastimosamente, en el caso de los hombres el proyecto solo se les ofrece si tienen una custodia de máxima seguridad. Por esta razón, algunos de ellos han optado por permanecer con una custodia de seguridad máxima.
“Es aquí en el recinto donde nos despojamos de nuestras cadenas de metal y nos adueñamos de este espacio que apreciamos y que es el único que nos brinda verdadera libertad”, sostuvo Coraly Campos Rodríguez, estudiante confinada y participante del proyecto. “Desde que comenzó el proyecto, nosotres nos comprometimos con la Universidad, con la familia y con el DCR para marcar una diferencia en nuestro país. La solución no es el castigo; la verdadera solución a los problemas sociales es la educación”, señaló Campos Rodríguez.
Este semestre los confinados tuvieron la oportunidad de tomar cursos de redacción, epistemologías del conocimiento, estudios interdisciplinarios de las adicciones, origen de la salsa, matemáticas, debates de género y otros. Entre algunos de los profesores de la Facultad de Estudios Generales que forman parte del proyecto se encuentran Waldemiro Vélez Cardona, Wanda Ramos Rosado, Areliz Quiñones Berríos, Alicia Petru Gerena, Ramón Rosario Luna y Juan Delgado, Jorge Graterole y Neida Santacruz Sarmiento.
“Este proyecto brinda un espacio de libertad, un espacio para conocerse ellos mismos donde pueden integrar conocimientos en su proceso de transformación y de ser ciudadanos conscientes. Les da un sentido de solidaridad, de humanidad y sentirse estudiantes, una nueva identidad más allá de estar confinados”, señaló la profesora Edna Benítez Laborde, coordinadora del proyecto. Buscando propiciar su rehabilitación y reintegración a la sociedad los ‘estudiantes confinados’ han tenido la oportunidad de “apalabrar sus experiencias de vida, tener una consciencia clara y académica de los factores sociales de la marginación y la exclusión. Ciertamente les ha brindado la oportunidad de recapacitar sobre sus acciones y capaces de enmendar y rehacer sus vidas con el fin de reescribir su historia encaminados a convertirse en ciudadanos responsables y parte de la sociedad”, incluyó Benítez Laborde.
Este semestre académico lograron culminar con éxito los 25 ‘estudiantes confinados’ participantes del proyecto. El grupo de las féminas está conformado por 14, ellas son, Wanda Álvarez Viera, Thais Ayala Durán, Coraly Campos Rodríguez, Ilka Cruz Rosario, Melania De Jesús Serrano, Sheila Figueroa Suárez, Verónica Jiménez Nevárez, Sharelys López Pérez, Lilliam Medina Hernández, Yomayra Ramos Rosado, Yarelys Rossy Pérez, Omayra Torres Sánchez, Marie Kercadó Meyers y Yosmar Maldonado Morales. Unos 11 varones completan la singular iniciativa, ellos son, Héctor Andújar Aquino, Camilo Arango Latorre, José Dávila Quiñones, Gadiel Falcón Rodríguez, Miguel Nieves Domínguez, Juan Negrón Ayala, Raúl Reyes Chalas, Christopher Reyes Pérez, Javier Rodríguez Rodríguez, Jedery Santana Durán y Javier Santos García.