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Inyección de mejoras para la infraestructura de la Facultad de Ciencias Naturales

La Facultad de Ciencias Naturales del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (RR-UPR), obtuvo fondos ascendentes a casi $2 millones, que le permitieron realizar intervenciones profundas a su aula magna, pero también devolverle a uno de sus edificios principales la belleza y sus elementos arquitectónicos originales.

La construcción del Edificio Julio García Díaz, que data de los años treinta, es una edificación contemporánea con la construcción del Cuadrángulo Histórico. De igual manera, su sistema de construcción es similar a los edificios Felipe Janer y Antonio S. Pedreira.

Los trabajos de mejoras a este edificio, que alberga laboratorios, la mayoría de biología, han hecho que esta estructura de 1937 haya recuperado su esplendor. Las mejoras comprendieron la impermeabilización de los techos, reemplazos del sistema de extracción, reparación del sistema estructural, reemplazo de luminarias y la remoción del plafón interior del segundo piso. De esta forma, los espacios interiores brindan seguridad, uniformidad e iluminación.

Asimismo, se pintó el exterior del edificio y sus galerías con los colores originales, y se descubrieron los ornamentos que embellecen el mismo, logrando la visibilidad de la belleza de la edificación y sus elementos arquitectónicos originales. Los trabajos se realizaron por fases con una inversión que sobre pasa el $1,025,000.

Mientras, el Auditorio A-142, como habíamos anunciado, se convirtió en uno de los más modernos y eficientes del campus, luego de una inversión de $908,880, provenientes de fondos federales. Ahora este espacio cumple con los códigos vigentes de leyes estatales y federales, particularmente con Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA). Y sus actuales sistemas de enfriamiento e iluminación se destacan por su eficiencia, logrando un ahorro de más de un 30% en consumo energético.

Asimismo, su moderno mobiliario se observa en el podio interactivo, que integra un proyector de tiro corto. También la experiencia del público se verá mejorada con la nitidez de la acústica, los muebles que integran portales de recarga y la ventaja de proveer conexión inalámbrica a internet para todos sus usuarios. La sala tiene un aforo máximo de 225 personas.

Ambos proyectos de remodelación se realizaron bajo el Plan de Mejoras Permanentes que estableció la Administración Central de la UPR. En el caso del Auditorio A-142, la asignación bajo el Departamento Federal del HSI-STEM (Hispanic Serving Institutions – Science, Technology, Engineering and Mathematic).

Ciencias Naturales maximiza sus recursos

Con una propuesta sometida originalmente por la profesora Loretta Roberson al HSI-STEM se logró mucho más que lo contemplado inicialmente. Con la subvención obtenida no solo se alcanzó remozar la sala mencionada, sino que el personal fue muy conscientes a la hora de aprovechar los materiales y equipos que surgieron como parte del proyecto de remodelación, y, por ejemplo, de los pupitres que se removieron, algunos se instalaron en el Departamento de Música y otros fueron donados al Departamento de Corrección y Rehabilitación.

Las puertas que se removieron, barandas de metal y algunos equipos, también fueron materiales que se pudieron aprovechar en otros edificios del campus. Asimismo, algunas de las bases en metal de los asientos de la antiguo anfiteatro, sirvieron como base para los bancos de madera que yacen en la placita de las mesas solares entre las facultades de Ciencias Naturales y Estudios Generales.

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