
“Hay que mirar más allá de la economía de consumo”
El anuncio hecho por el gobernador Alejandro García Padilla sobre la situación económica de la isla no tomó a nadie por sorpresa. La deuda de Puerto Rico “es impagable”, había pronosticado el primer ejecutivo al New York Times previo a su mensaje a los ciudadanos difundido por los principales medios de comunicación del país.
“La deuda pública, considerando el nivel de actividad económica actual, es impagable. Pero, además, el tamaño de esa deuda nos impide salir del ciclo de recesión y contracción”, dijo García Padilla durante su mensaje televisivo.
En su alocución, el mandatario informó que tomará como estrategia de su gobierno “lograr una moratoria negociada con los bonistas para posponer por un número de años los pagos de la deuda, de forma tal que ese dinero se invierta aquí, en Puerto Rico”.
También hizo un llamado al “sacrificio” de todos los sectores de la sociedad y a la unidad de propósitos para salir de la crisis. Para ello, anunció la creación de un comité encabezado por el secretario de la gobernación, Víctor Suárez, la presidenta del Banco Gubernamental de Fomento, Melba Acosta, el secretario de Justicia, César Miranda y los presidentes de los cuerpos legislativos, Eduardo Bhatia y Jaime Perelló.
La encomienda de los funcionarios será iniciar los esfuerzos encaminados a estructurar la deuda pública, indicó. El Grupo tendrá como fecha límite el 30 de agosto de 2015 para elaborar un plan que pueda ser aprobado en la sesión legislativa que comienza a mediados de ese mes.
De igual manera, García Padilla propuso hacer un reclamo a Washington para que apruebe los cambios al Capítulo 9 de la Ley de Quiebras, para que excluya a la isla de las leyes de cabotaje y para exigir igualdad de condiciones en los beneficios del Medicare.
“No estamos reestructurando la deuda en un vacío. Todas las medidas que tomamos en estos últimos dos años demuestran nuestra voluntad de pagar y, de no haberlas tomado, no estaríamos en posición hoy de reclamar la reestructuración. Hemos hecho todo lo que estaba en nuestro poder, pero, según demuestra el informe (Kruger), el próximo paso tiene que ser lograr términos más favorables para el pago de nuestra deuda. Compartiendo el sacrificio con los acreedores, podremos salir adelante”, señaló el gobernador.
Las razones de la deuda
En semanas recientes el catedrático jubilado del recinto de Río Piedras de la UPR, Francisco Catalá, pronosticó las consecuencias del crecimiento de la deuda pública y enumeró los factores afectan la recuperación económica de Puerto Rico a corto plazo.
El economista consideró que “lo grave es emitir deuda para gastos operacionales porque ahí no estás aumentando la capacidad productiva o la capacidad de generar ingresos, simplemente estás financiando gastos”, argumentó Catalá.
Hay muchas deudas, muchos deudores y muchos tenedores de bonos, por lo que hablar de una sola deuda resulta incongruente al tratar de explicar el déficit fiscal que enfrenta el país. “Los bonistas son un montón de instituciones y de gente. Cuando dices que vas a negociar, qué es lo que vas a negociar, la deuda de COFINA, la de gobierno central, la de la AAA, la de edificios, ¿cuál es?”, explicó el destacado economista.
Agregó que alrededor del 30% de la deuda está en manos de bonistas locales, por ejemplo, las cooperativas del país tienen dos mil millones de dólares en bonos de Puerto Rico.
Según Catalá, la situación colonial de la Isla es un agravante multiplicador y la exención contributiva se ha desarrollado cosustancialmente con el Estado Libre Asociado desde 1947. En esta relación desigual ha prevalecido el interés de recaudo de Estados Unidos sobre el de Puerto Rico.
Para el catedrático es necesario plantear alternativas, como bajar el servicio de la deuda (desembolsos dirigidos al pago de la deuda), renegociar y hasta condonar parte de sus pagos. “¿El gobierno de Grecia ha dicho no pagar? No, están renegociando. Nosotros somos una colonia de Estados Unidos y aquí no vuela un pájaro sin el permiso de ellos”, sostuvo.
Propuestas y alternativas
Hay que mirar más allá de la economía de consumo. Para el economista, el arbitrio en los muelles es peor todavía y agrava la situación económica de los ciudadanos que viven en la isla. “Es un arbitrio sobre las importaciones que tiene cascada en el precio y el consumidor termina pagando 30%, lo único que el consumidor no se da cuenta porque el impuesto, supuestamente, se pagó ya al importador” abundó.
“(El impuesto en los muelles) encarecen los productos, proteges el mercado y lo termina pagando el consumidor. Es una tarifa arancelaria disfrazada” explicó Catalá, al tiempo que insistió en que los países que se desarrollan no tiene gobiernos facilitadores, sino emprendedores.
Una de las propuestas expuestas por el economista es implementar un impuesto de 10% a las empresas del exterior radicadas en el país, sean megatiendas o farmacéuticas, lo que, a groso modo, generaría tres mil millones de dólares en el primer año.
“Parte de esos tres mil millones serían para conjurar la insuficiencia fiscal de inmediato y la otra parte sería para el programa de gastos del que habla la firma de consultoría KPMG, […] y ahí hay que decidir vectores, rutas de desarrollo como, por ejemplo, edificios farmacéuticos abandonados” concluyó.
Dania García Lebrón colaboró en este reportaje.
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