Regresar

Estudiantes graduadas abordan el tema de la asexualidad como objeto de estudio

Por Frances M. Velázquez Feliciano
Estudiante Reportera
Oficina de Comunicaciones
Recinto de Río Piedras – UPR

El Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPRRP), y los estudiantes de sus distintas escuelas y facultades se destacan en lo académico, artístico, deportivo, y muy especial en sus investigaciones.

Este es el caso de la Escuela Graduada de Trabajo Social Beatriz Lasalle (EGTSBL), adscrita a la Facultad de Ciencias Sociales, y cuyo programa es el único de maestría en Trabajo Social en todo Puerto Rico, que exige investigación y tesis. Este requerimiento hace posible que cada año el cúmulo de investigaciones crezca, en especial aquellas que son pioneras en su campo de estudio.

Ejemplo de ello, es la tesis La asexualidad como vivencia de la sexualidad humana invisibilizada y sus implicaciones para las personas que viven la asexualidad y para la práctica del Trabajo Social en Puerto Rico recién presentada el pasado mes por las estudiantes Linette M. Pérez y Natalia Negrón Ortiz.

Una persona asexual se define como alguien que no experimenta atracción sexual, a diferencia de otras prácticas de celibato que son por elección. Sin embargo, estas personas sí pueden experimentar relaciones sentimentales. Este tema, sin duda, es uno prácticamente desconocido, y poco hablado en nuestra sociedad, por lo que esta investigación es sumamente pertinente para el conocimiento y la visibilidad de esta comunidad en la isla.

Pero, ¿cómo se enlaza este tema con el trabajo social en Puerto Rico? “Nosotros tenemos unos roles como educadores y facilitadores, como parte de nuestra práctica profesional. En términos de la sexualidad humana, entendíamos que ya se ha trabajado lo que ha sido parte de la comunidad LGBTTQ. No obstante, este tema en particular no es muy conocido y no había sido nunca estudiado formalmente en Puerto Rico. Ya que solamente encontramos como 3 o 4 artículos de periódicos locales, y la información presentada era de algunos estudios realizados fuera del país”, explicó Natalia Negrón Ortiz.

“Como dato demográfico, el más que se cita es el estudio del sexólogo Anthony Bogaert, en el 2004, quien identificó que en el Reino Unido, el 1.04% de la población de su muestra se identificó como asexual”, indicó Negrón Ortiz.

Eso llevó a las estudiantes a plantearse esto como una vivencia de la sexualidad humana que está invisibilizada, incluso por los profesionales del trabajo social, quienes no tendrían las herramientas para reconocer o trabajar adecuadamente con esta comunidad.

La investigación fue una tipo cualitativa-exploratoria con análisis de contenido. Trabajaron con tres grupos poblacionales por medio de entrevistas individuales. El primer grupo, estaba compuesto por cinco estudiantes de la Escuela Graduada de Trabajo Social; el segundo grupo estaba formado por tres trabajadoras sociales, quienes ya ejercen su profesión; y el tercer grupo estaba conformado por cinco personas que se auto identificaron como asexuales.

El proceso

Ambos procesos contaron con una guía de preguntas semiestructuradas. Asimismo, antes de iniciar el ciclo de entrevistas, los tres grupos debían completar un documento de perfil sociodemográfico, para crear un perfil de la muestra en general y de cada grupo focal. En la muestra participaron un total de trece personas.

El grupo que se auto identificó como asexual, estaba compuesto por cinco mujeres, entre las edades de 22 a 26, “esto va acorde con estudios anteriores, que dicen [que] el perfil suele ser mujeres”. Los resultados arrojaron datos sobre “cómo se vive la asexualidad en una cultura patriarcal con unas normativas donde el género femenino tiende a ser visto como el género que tiene que vivir una sexualidad más silenciada, versus el hombre que debe vivir una sexualidad mucho más abierta y activa. Así que nuestro marco teórico fue por esa línea del constructivismo social”, manifestó la investigadora.

El enfoque de las entrevistas a los estudiantes graduados y a las trabajadoras sociales profesionales, fue explorar el conocimiento sobre el tema. Se comenzó por preguntar cómo definen los términos  sexo y sexualidad, qué conocían del concepto asexualidad, si en algún momento conocieron a alguien así, y qué implicaciones eso puede tener en las personas que se identifican asexuales, así como en la práctica del Trabajo Social.

La guía de preguntas a las personas asexuales fue más extensa, “entramos a sus experiencias, al rol de la masturbación en el tema, al debate de identidad u orientación sexual, y a explorar ese proceso de auto identificación como asexual”, clarificó Negrón.

Los hallazgos

Los hallazgos, según Negrón Ortiz, demostraron que existe un gran desconocimiento del tema, especialmente en los estudiantes y profesionales del trabajo social. “En términos de la definición que dan a la asexualidad, existe un consenso, viéndolo como una falta de atracción sexual hacia otras personas. En términos de conocimiento a profundidad, resultó que no lo tenían”.

“Para los tres grupos se evidenció que continúa el debate de orientación sexual o identidad sexual en el tema, pero que la falta de investigaciones en el campo, promueve que aún esto  exista”, recalcó la estudiante investigadora.

Esa invisibilidad, y falta de exposición del tema, representa retos para las personas asexuales. “Manifestaron no sentirse validadas, ni cómodas para hablar de su vivencia sexual. Muchas de las que se identificaron asexual, han tenido relación de pareja, incluso una está casada y su matrimonio se encuentra al borde del divorcio”, compartió.

Conclusiones

Resultó evidente la necesidad de realizar más investigaciones, que promuevan mayor visibilidad sobre esta comunidad, ya que “no existe un consenso en cómo se define realmente la asexualidad en la comunidad científica”.

Algunas sugerencias de las investigadoras Linette M. Pérez y Natalia Negrón Ortiz fueron: realizar investigaciones dirigidas a explorar estas experiencias en el género masculino; y que las investigaciones se adentren en los debates de identidad u orientación sexual, en el rol de la masturbación y las prácticas religiosas. Además, incluir el tópico de la asexualidad en cursos sobre sexualidad humana y diversidad, en el Departamento de Trabajo Social y Psicología a nivel graduado y sub graduado. Y, por último, que se incluya el tema en cursos de educación continua del Colegio de Trabajadores Sociales en Puerto Rico.

Según puntualizó la Dra. Lilliam Albite, directora de la Escuela Graduada de Trabajo Social, esta investigación va acorde con los lineamientos de la EGTSBL, ya que “la misión de la escuela es preparar trabajadores sociales competentes, pero desde una perspectiva crítica, y que dentro del contexto de la realidad puertorriqueña, puedan aportar para la transformación de todas las personas y todos los grupos a los que le servirían como profesionales en el trabajo social”.

Ir al contenido