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El mar y la ínsulas en la vida del Premio Nobel J.M.G. Le Clézio

Por Mario Alegre Barrios
Director Oficina de Comunicaciones

Fotos: Héctor A. Suárez

El pasado viernes 12 de abril, el escritor francés Jean-Marie Gustave Le Clézio ofreció una charla magistral en el Teatro de la Universidad de Puerto Rico, actividad enmarcada en el Segundo Congreso de Escritores Internacionales que se realizó durante esa semana, con actividades en el Centro de Bellas Artes de Caguas y en nuestro recinto, con la gestión de la Editorial de la UPR y su director ejecutivo Edder González Palacios.

Galardonado con el Premio Nobel de Literatura del 2008, el maestro Le Clézio tituló su charla “Al mar” y en ella elaboró una amena reflexión sobre la relevancia de este concepto en su vida y en su quehacer literario, con las islas como contrapunto en ese devenir existencial al que acaba de añadir a Puerto Rico como escala.

“Cuando pienso en lo que motivó mi deseo de escribir, pienso antes de todo en el mar, sin duda porque nací a la orilla de un mar (el Mediterráneo) y allí fue donde crecí”, comenzó Le Clézio. “También porque el mar siempre ha estado presente en la historia de mi familia. Desde mi tatarabuelo aventurero, que decidió huir Francia en tiempo de la Revolución —no porque fuera realista, sino porque la hambruna reinaba en su provincia, Bretaña— acompañado de su joven esposa y de su hijo, un bebe de apenas seis meses, en un viaje peligroso hasta la isla Mauricio (en aquel tiempo isla de Francia)”.

“Maestro Le Clézio, este recinto es desde hoy su casa. Su presencia es un privilegio que nos distingue y nos honra”, había dicho poco antes la Dra. Angélica Varela Llavona —rectora del campus riopedrense— en su mensaje de bienvenida. “Con su luminoso quehacer literario ha trascendido fronteras y ha tocado los corazones de lectores en todo el mundo, explorando temas universales que van desde la identidad y la migración hasta la relación del ser humano con la naturaleza, siempre con una sensibilidad única y una profundidad conmovedora”.

“Su agudeza y sensibilidad —añadió— han sabido capturar la esencia misma de la condición humana, llevándonos a través de mundos imaginarios y reales con una maestría excelsa. Su capacidad para entrelazar historias y culturas nos invita a reflexionar sobre la diversidad y la complejidad del mundo que habitamos”.

El autor de obras como obras como “El diluvio”, “Desierto”, “El pez dorado” y “El africano”, aseveró que para él, la creación literaria “es antes de todo el ritmo del mar, el flujo y el reflujo, las corrientes profundas, las trombas, el pasaje de las nubes, el viento que estira o arruga su superficie, las manchas de espuma rodeando a los arrecifes, la marejada larga con sus olas muriendo en la arena de las playas, lo nacimiento de las tempestades o las grandes calmas bajo el peso de un cielo tropical, las bahías transparentes junto a los glaciares, el horizonte con el sol hundiéndose en un último rayo color esmeralda (en la lengua criolla dicen, “soley bwar dilo”, “el sol va tomando agua”), o bien el sinuoso camino de luz bajo la luna”.

Como conclusión, el escritor francés expresó que “en el pasado, la situación de los pueblos insulares estuvo bajo la amenaza constante de invasiones, de piratas, del olvido”.

“Estar rodados por el mar —aseveró— es da una cualidad superior en la evolución actual:  los isleños están bien situados para volverse los guardianes del futuro, pendientes de la belleza y la fuerza viva de los océanos y de los mares, del equilibrio entre las culturas, y de la fuente eterna de la literatura, nuestra oportunidad de salvación”.

J.M.G. Le Clézio flanqueado por la rectora, Dra. Angélica Varela Llavona, y la escritora Luce López Baralt
J.M.G. Le Clézio flanqueado por la rectora, Dra. Angélica Varela Llavona
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